Tipos de Apego en el trabajo: ¿Afectan igual que en la vida personal?

Dicen que los vínculos que generamos con las personas que nos rodean se deben, en gran parte, a las experiencias adquiridas a lo largo de la infancia. De igual manera, las experiencias que haya vivido cada trabajador influye en los tipos de apego en el trabajo que desarrolla. Por ello, saber reconocerlos es esencial para saber tratar con colaboradores y empleados. Hoy hablaremos de cómo se puede gestionar ese apego desde Recursos Humanos, y que influencia tiene en la cultura organizacional.

Tipos de relaciones que se establecen

Los tipos de apego en el trabajo no difieren de los que se experimentan en la vida personal. Sobre todo, teniendo en cuenta la cantidad de tiempo que se invierte en él. Por eso, poder comprender las expectativas y necesidades de los trabajadores y líderes puede hacer de las relaciones laborales una experiencia sana y satisfactoria, si se sabe cómo actuar.

El apego seguro, es decir, intentar establecer una relación afectiva duradera con el trabajo es una meta que, en ocasiones, se persigue incansablemente de forma errónea. Lo importante no es tratar de imponer un tipo de apego concreto, sino saber comprender lo que los trabajadores experimentan, y adoptar unas expectativas realistas en materia de compañerismo y liderazgo.

Para comprender este concepto, primero debemos saber los cuatro tipos de apego que pueden experimentarse de forma generalizada.

Dinámicas de apego en el lugar de trabajo

Para poder generar entornos de confianza y un ambiente positivo, existen dinámicas que pueden fortalecer el apego seguro en el ambiente laboral. Con unas políticas adecuadas de reconocimiento de logros, el trabajador podrá sentirse valorado por la empresa. Además, las sesiones de teambuilding podrán hacer que el equipo se comprenda mejor, adaptándose a las necesidades de sus compañeros. Potenciar estrategias de comunicación que aporten confianza también serán muy positivas de cara a mejorar las relaciones entre colegas y líderes.

Lo más importante en este caso es conocer a los colaboradores y saber entenderlos. Generar seguridad y confianza son procesos lentos que requieren de refuerzo continuo. Para poder saber qué estrategia funciona mejor con tu equipo, no temas hablar con ellos y preguntarles sus inquietudes. Si mantienes una comunicación abierta, de seguro podrás recibir una mejora sustancial en el bienestar y la productividad de tus trabajadores.

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