El síndrome del quemado o burn out es el tipo de estrés laboral más extendido. Se trata de una ansiedad crónica que impide a la persona que la padece establecer estrategias para afrontar aquellas situaciones que la han desencadenado. Esto abarca desde el exceso de responsabilidades y tareas hasta un estilo directivo excesivamente autoritario.
Los trabajadores que padecen este síndrome, aunque siguen realizando sus labores, llegan a experimentar un “despido interior” que destruye su rendimiento laboral y los conduce a la apatía, la alienación y la agresividad. Por supuesto, esto tiene repercusiones importantes para la empresa y para el propio empleado.
Si estás buscando soluciones a este problema, debes conocer mejor a qué te estás enfrentando.
El perfil del trabajador con síndrome de quemado
Según datos publicados por Europa Press, el síndrome del trabajador quemado suele tener una mayor incidencia en mujeres y en personas jóvenes que cuentan con escaso apoyo familiar. Se cree que, a mayor desajuste entre el trabajador y su empresa, mayor probabilidad de sufrir este trastorno.
Por eso, las personas que padecen burn out suelen caracterizarse por su baja autoestima, su escasa tolerancia al fracaso y una gran labilidad emocional (alteración frecuente de los estados de ánimo). Esto aparece unido a un tremendo idealismo hacia el trabajo y al hecho de dar una importancia excesiva a las relaciones interpersonales dentro de él.
Por regla general, los trabajadores que sufren de burn out suelen experimentar los siguientes síntomas:
- Una sensación continua de falta de energía.
- Despersonalización o desapego hacia el trabajo y todo lo relacionado con él.
- Incapacidad para la realización personal
- Tristeza, ira y frustración generalizadas
Sufrir estos síntomas de manera sostenida puede desembocar en problemas más graves, como la depresión o el absentismo laboral. También puede ocasionar trastornos gastrointestinales, insomnio, cefaleas y otras secuelas que impactan negativamente en la salud.
Todo lo mencionado pone de manifiesto la tremenda importancia de que la empresa actúe a tiempo desde el departamento de RRHH.
Medidas para evitar el síndrome del quemado
El síndrome del trabajador quemado debe atajarse principalmente desde la propia compañía. No en vano, uno de los factores de riesgo más importantes es el ambiente organizacional de la empresa. Esto incluye todos los aspectos que pueden generar un mal clima laboral, como las sobrecargas de trabajo, la falta de apoyo y de confianza, las recompensas insuficientes o la falta de autonomía.
Existen dos niveles de intervención preventiva frente al burn out. En primer lugar, desde el departamento de RRHH, tienes que evitar todas aquellas causas que se consideren desencadenantes y, en segundo lugar, debes estar atento a cualquier mínimo síntoma de estrés para atajarlo antes de que se agrave.
Por último, deberás ofrecer a los trabajadores que padezcan el síndrome del trabajador quemado la formación adecuada que les ayude a prevenir el estrés con medidas que pasan por favorecer la conciliación y la autorrealización personal. Es muy importante que tengas presente que es tu responsabilidad, como miembro del departamento RRHH, fomentar el bienestar de los empleados.