El talento líquido es propio de perfiles versátiles que pueden adaptarse a los cambios. La digitalización y el teletrabajo han posibilitado que optimices el capital humano más flexible. La incertidumbre no tiene que ser una debilidad: contando con equipos dinámicos mejoras la productividad y tu competitividad al poder fluir por el mercado laboral de la sociedad líquida. Más que inestable, esta modernidad líquida se caracteriza por organizaciones menos rígidas y más ágiles.
¿Qué es el Talento Líquido?
El talento líquido es como el agua. Fluye, se adapta a distintas superficies y llega a lugares donde otros elementos no alcanzan. El adjetivo líquido lo acuñó el sociólogo polaco Zygmunt Bauman para referirse a la búsqueda de la identidad personal en un mundo cambiante. Según sus planteamientos, «en la modernidad líquida el único valor que sirve como referente es la necesidad de hacerse con una identidad flexible y versátil, que haga frente a las distintas mutaciones que el sujeto ha de enfrentar a lo largo de su vida.»
Dentro del mercado laboral, cuando hablamos de talento líquido en entornos VUCAH o BANI, es decir, Volátil, Incierto, Cambiante y Ambiguo, entran también en juego conceptos como la flexibilidad o la reordenación permanente del trabajo. No solo se trata de contar con personas que tengan las competencias y habilidades necesarias para mejorar el desempeño de manera continua. La velocidad del cambio afecta tanto a los perfiles o candidaturas como a las estructuras internas.
El teletrabajo, y especialmente el sector tecnológico, demanda potenciar sistemas de organización flexibles. En la sociedad líquida, la empresa puede y debe adaptar las tareas, objetivos estratégicos y recursos humanos a las necesidades concretas de los proyectos de cada momento. Así, los trabajadores ganan en libertad y autonomía. Son mucho más flexibles, y desempeñan un papel activo fluyendo entre distintos roles.
Beneficios de contar con talento líquido
Por un lado, es clave reconocer los beneficios del talento líquido. Cabe destacar:
- Reducción de costes: Al contar con perfiles versátiles y flexibles minimizas el índice de rotación y capitalizas la fuerza laboral.
- Mejoras la productividad: Disponer de un equipo estable permite a la organización apostar por el desarrollo de negocio sin dedicar tiempo al reclutamiento.
- Incremento competitividad: Si logras que tu marca empleadora resulte atractiva poniendo a las personas en el centro, mejoras tu reputación y capacidad.
Por otra parte, es necesario admitir que no queda otra opción. Habrás observado que empeñarse en contar con perfiles estáticos y que brillen solo por sus hard skills es contraproducente. Los talentos de hoy son inútiles en poco tiempo. Así que no se trata solo de reconocer los beneficios del talento líquido, sino de asumir que la digitalización, la movilidad y la readaptación constante son los ejes del actual mercado laboral.
Cómo fomentar el talento líquido
Desde el departamento de Recursos Humanos tienes que contar con este rasgo. La modernidad líquida implica desarrollar estrategias que atraigan y retengan el talento líquido.
El primer paso es aceptar que los modelos de jornada laboral estática o desarrollo de la carrera profesional en la misma empresa durante toda la vida están obsoletos. Para ello, es fundamental aplicar el principio de realidad para optimizar el capital humano con el que cuentas.
Otro punto importante es evitar el estrés laboral que puede producir la incertidumbre dentro de la plantilla. Es imprescindible dedicar tiempo y trabajo para comunicar los beneficios de contar con un talento líquido que es adaptativo. Por ejemplo, en el caso de un perfil que no cumpla con sus tareas porque se ha automatizado algún proceso. Jugando con las posibilidades de movilidad interna y formación continua se le podrán asignar nuevas tareas, beneficiando de esta manera tanto a la empresa como a los trabajadores.