Shareholder y Stakeholder: dos modelos cada vez menos enfrentados

Shareholder y Stakeholder: dos modelos cada vez menos enfrentados

Stakeholder y Shareholder, dos modelos clave para la imagen de la empresa

Existen muchas perspectivas desde las que se puede definir el papel o la función de una empresa en la sociedad. Dos de las más interesantes son las que surgen de la diferencia entre stakeholder y shareholder. Estos dos conceptos de origen anglosajón están, de hecho, directamente implicados en la configuración de la personalidad de cualquier organización. Influyen en su cultura, su forma de comunicar o en la imagen que exportan al exterior.

¿Cuál es la diferencia entre Shareholder y Stakeholder?

En realidad, suele resultar bastante sencillo establecer diferencias entre ambos modelos o paradigmas. Por un lado, el capitalismo de shareholder lo representa la figura del accionista, generalmente centrado en los beneficios, en la maximización de los recursos, la rentabilidad y la seguridad de sus inversiones. Por su parte, el capitalismo de stakeholder pone el foco en otro tipo de aspectos de interés para la compañía. Los agentes stakeholders son las llamadas “partes interesadas en la empresa”. Aquí ubicamos no solo a los accionistas sino a otro tipo de actores igual de importantes. Clientes, proveedores, la comunidad o territorio en la que está ubicada la empresa o, por supuesto, sus propios empleados.

A priori, una compañía más preocupada por su expansión comercial que por las repercusiones que esta puede tener en el medio ambiente, podría entenderse que se rige por un capitalismo de shareholder. Por el contrario, una empresa que invierte muchos recursos en su responsabilidad social corporativa o facilita la conciliación entre sus empleados, estaría en la línea del capitalismo de stakeholder.

Shareholder y Stakeholder: dos modelos cada vez menos enfrentados

Como podemos intuir, los objetivos de los shareholders y los stakeholders no siempre serán los mismos. De hecho, en muchas ocasiones, estos serán antagónicos. ¿Qué podemos hacer para vender y producir más sin dañar el medio natural más próximo? ¿Cómo establecer un equilibrio entre dos formas legítimas de entender una empresa?

En la actualidad, las problemáticas sociales más acuciantes están cambiando la forma de actuar de las empresas. Los stakeholders son cada vez más exigentes. Las asociaciones vecinales o los medios de comunicación actúan como rígidos observantes de las prácticas que llevan a cabo y su repercusión social.

Hoy en día una empresa que no tenga en cuenta a estos agentes acaba sufriendo las consecuencias. Por ello, las corporaciones han entendido el mensaje y han conseguido, además, rentabilizar las políticas destinadas a sus stakeholders. Imagen e identidad corporativa. Beneficios sociales. Innovación. Calidad. Responsabilidad social para grandes y pequeñas empresas. Todos estos conceptos forman ya parte de cualquier estrategia empresarial.

Algunas de las estrategias más comunes en este sentido suelen ser las siguientes:

Sin embargo, no podemos olvidar que una empresa es un sistema cuyo fin último es la generación de capital. Por tanto, las tensiones y las diferencias entre shareholder y stakeholder seguirán existiendo dentro de ella. Un papel importante será el que jueguen de aquí en adelante las diferentes administraciones. Las políticas públicas tendrán un papel crucial a la hora de continuar regulando el equilibrio entre dos modelos coexistentes destinados a complementarse.

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