Las escuelas de negocio son los centros de enseñanza que más rápido están adaptándose a las nuevas tecnologías. El hecho de que la mayoría de sus alumnos no pueda asistir a clases presenciales obliga a buscar alternativas. Unas alternativas que, principalmente, llegan de la mano de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), que consiguen acercar las aulas y el conocimiento a los dispositivos electrónicos de los alumnos. «Se ha ganado en flexibilidad, puesto los estudiantes aprenden donde quieren y cuando pueden», explica Llorenç Valverde, vicerrector de Tecnología de la UOC (Universitat Oberta de Catalunya).
El primer gran avance fueron los campus virtuales, plataformas de teleformación que pusieron en marcha universidades y escuelas de negocio hace apenas unos años. «Con ellos desaparece la distinción que había entre alumnos presenciales y a distancia», asegura Arturo de las Heras, director general del CEF (Centro de Estudios Financieros). Al matricularse en algún curso, los alumnos reciben un mail con un usuario y una clave para acceder a la plataforma. Allí encuentran todo tipo de servicios relacionados con su materia. La interacción entre alumnos y profesores y entre los propios estudiantes es total gracias a herramientas como el correo electrónico o los foros. Desde descargarse apuntes o documentos de interés hasta enviar los trabajos y controles para que los profesores puedan corregirlos.
Porque, si los alumnos se han adaptado a esta interacción virtual, los profesores no han podido quedarse atrás. «Se han tenido que adaptar a este proceso de aprendizaje, porque un profesor que no pueda acceder a un campus virtual lo tiene muy mal para dar clase, aunque haya sido una estrella fulgurante en el pasado», concreta Arturo de las Heras. Desde apuntes hasta calendario de actividades, los profesores tienen que actualizar constantemente el perfil de su asignatura para tener contentos a sus alumnos. De hecho, en muchos centros de formación, entre ellos el CEF, el papel ha prácticamente desaparecido y todas las actividades se entregan directamente en formato digital. «Así ya no se pierde ningún trabajo y el profesor lo tiene más fácil para corregir y para hace públicas las notas», explica el director general del CEF.
Además, con este tipo de herramientas virtuales se ha potenciado mucho el trabajo en equipo. Los alumnos de las escuelas de negocio lo agradecen, puesto que su agenda es muy ajustada, ya que la mayoría de ellos trabaja a la vez que adquiere o renueva sus conocimientos. Ahora, se pueden crear grupos de trabajo en foros o bien gracias a aplicaciones que ofrecen plataformas como Google para así poder trabajar conjuntamente cada uno desde su casa.
Dentro de las aulas
La entrada de las nuevas tecnologías en la educación tiende a que las aulas sean cada vez más difusas. Aun así, esto facilita a que se pueda entrar a ellas desde cualquier lugar del mundo a través de Internet. Por eso, las escuelas de negocio han apostado por la instalación de wifi en las aulas. Los alumnos trabajan directamente con sus portátiles, «aunque también es cierto que alguno se distrae más que antes porque está revisando su correo personal o alguna red social», aseguran desde el CEF.