El 75% de los ejecutivos está preocupado por las acciones que podrían emprender los antiguos empleados que acaban de dejar la compañía. Las represalias de los ex y la escasez de presupuesto para implantar un buen plan de prevención en seguridad constituyen en estos momentos los mayores quebraderos de cabeza de los directivos encargados de gestionar la seguridad en las empresas. Así se pone de manifiesto en el informe de Ernst & Young «2009 Global Information Security Survey», en el que han participado ejecutivos de 1.900 organizaciones de más de sesenta países de todo el mundo.

«En una economía en recesión, muchos empleados que han sido despedidos podrían mostrar resentimiento hacia su empresa y actuar en consecuencia. De hecho, cada vez hay más casos en los que los sistemas de información y los datos de las compañías son objeto de robo o manipulación por parte de los ex empleados. Para combatirlo, lo primero que deberían hacer las empresas es un ejercicio de evaluación de sus riesgos, identificar su potencial exposición y tener preparada una respuesta en caso de que dicho riesgo se haga efectivo», afirma Marc Martínez, socio del área de Información Tecnology Risk Advisory de Ernst & Young.

Sin embargo, todavía son muy pocas las organizaciones que toman medidas, incluso las que tienen a su alcance y no requieren grandes presupuestos, para protegerse. Por ejemplo, sólo el 41% de las encuestadas cifra sus ordenadores portátiles. El año próximo, un 17% adicional piensa introducir este sistema de control. El dato sorprende, dado el creciente número de incidentes derivados de la pérdida o robo de portátiles.