Tasa de desgaste frente a rotación, ¿Por qué es importante distinguir estos conceptos?

La tasa de desgaste es un concepto de recursos humanos que hace referencia a los puestos que se quedan vacantes, ya sea voluntaria o involuntariamente, y que no se ocupan. Para una óptima gestión del capital humano es recomendable calcular esta tasa en comparación con el índice de rotación, que sí implica la renovación de los puestos vacantes. Prever estas tasas reduce el impacto negativo en los gastos de reclutamiento y contratación.

¿Qué es la tasa de desgaste?

La tasa de desgaste se calcula dividiendo el número de empleados a tiempo completo que han finalizado el contrato por mes, ya sea por jubilación o voluntariamente, por el número promedio de empleados y multiplicarlo por 100. Los estudios apuntan a que las empresas con políticas de contratación más agresivas son las que tienen una tasa de desgaste más alta. Los sectores que presentan mayor tasa de desgaste son IT, recursos humanos y seguridad.

Con el fenómeno de “la gran renuncia” en EEUU y la posibilidad de que llegue a Europa este año, será necesario calcular su impacto en la tasa de desgaste y en el índice de rotación, de cara a planear el reclutamiento. Otro de los factores a tener en cuenta es la predisposición al abandono o despido si la vacuna del coronavirus se implanta de manera obligatoria en las empresas.

Las consecuencias de no reducir la tasa de desgaste tendrán un impacto negativo en la empresa. Las principales son:

Diferencias con el concepto de rotación

Conocer las causas de la rotación es una de las preocupaciones actuales que hay que atajar, para evitar el impacto negativo en la continuidad y crecimiento de la compañía. Las razones más frecuentes por las que los empleados abandonan su puesto de trabajo son la búsqueda de:

Algunos tips para reducir la tasa de desgaste y el índice de rotación están estrechamente vinculados con las estrategias para atraer y retener el talento cualificado. Especialmente, en el sector de la tecnología, es fundamental definir los requisitos del puesto con claridad y transparencia, evaluar tanto las hard skill como las soft skill, utilizar pruebas de codificación automatizadas en pila, entrevistas técnicas y verificar el ajuste con la cultura de la organización.

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