Óscar Sánchez, autor de ‘Retirarse a los 40. Sé emprendedor’. Conferenciante de Thinking Heads

El dilema de si estamos bien pagados toma relevancia cuando nos enteramos de que hay gente conocida que se gana la vida mejor que nosotros. Y no eran los más brillantes en su etapa académica que se diga. Entonces, ¿es justo cobrar 10.000 euros al mes cuando no fueron de los primeros de la clase?

Yo, en principio, pensaba que ¡no! Era de los que solamente daba crédito a la formación académica, hasta que tuve una interesante conversación con una persona que me hizo ver que hay otras cualidades humanas tan valiosas como los estudios. Se trata de las habilidades personales, que, si son bien utilizadas, pueden reportar tantos beneficios como cualquier máster.

Siempre he pensado que los estudios eran la mejor y única puerta de entrada a nuestro sistema profesional y laboral. Pero cuando uno reflexiona sobre circunstancias de gente que, sin tener estudios, se gana la vida tan bien o mejor que otros, salen a flote variables como la envidia y los celos:

«¿Por qué esa persona está tan bien remunerada sin tener preparación alguna?» Y he ahí el fallo de dicha reflexión, porque esas personas puede que no tengan estudios, pero sí otras cualidades humanas que las hace merecedoras de dichas compensaciones.

Se trata de los artesanos (léase emprendedores) que, especializados en determinadas tareas, son capaces de conseguir altos grados de profesionalidad. Hay que recuperar el espíritu artesanal entre la multitud de profesiones: carpinteros, yeseros, pescadores, consultores ‘free-lance’ y todos aquellos que emplean su talento personal en una labor concreta y de alta calificación.

En otro segmento tenemos a los deportistas. La mayoría no tiene ni los Estudios de Secundaria (ESO), pero ahí los tienes, ganando en un año lo que un universitario puede generar en toda una vida. Su talento consiste en la magia de hacer vibrar a miles de personas con su habilidad de pies o manos.

Y también encontramos a los que se benefician de algún que otro convenio firmado y que les genera enormes plusvalías. Por ejemplo, los controladores aéreos, que ganan más de 240.000 euros al año, los pilotos asociados en el sindicato SEPLA, o los estibadores, con sueldos de 10.000 euros/mes por llevar la logística de carga y descarga en los buques de los puertos. Todos ellos se merecen estos sueldos porque en su día lucharon y pelearon por sus derechos sindicales.

No hay que desear que todos estos colectivos ganen menos, sino aplaudirles por lo que se llevan y hacer que cada día haya más emprendedores y más colectivos dispuestos a luchar por una situación mejor. Así que desterremos el tópico de que sin formación no se puede ganar mucho dinero. En nuestro escenario de actuación profesional, hay cabida para aquellos que son despiertos, hábiles, espabilados y emprendedores, y no necesariamente son los más listos de la clase.

Hoy, no hay mejor alternativa profesional para cada uno de vosotros que la de emprender. Trabajar para ti mismo es lo mejor que puedes hacer. Busca tu proyecto, tu ilusión. Los emprendedores viven mejor que nadie. Analiza y encuentra tus cualidades tanto personales como profesionales. Y forma en torno a ellas un modelo de vida que te permita disfrutar y aprovechar las enormes ventajas que se te presentan con la gestión de tu propio talento.