La responsabilidad social corporativa (RSC) se impone como práctica en las grandes empresas. Es un must de la gestión empresarial en el podio del IBEX35. Se le critica que sea una simple práctica de maquillaje pero la realidad es que está en continuo desarrollo e implementación.
Después de la explosión de la globalización en los años noventa, surgió la necesidad de que la gestión de la empresa fuera más sostenible para favorecer la buena marcha de la sociedad. Se pusieron los mimbres para lo que se ha llamado la responsabilidad social corporativa (RSC) o responsabilidad social empresarial (RSE).
Recientemente el gobierno ha aprobado la Estrategia Española de Responsabilidad Social de las Empresas. Estas son las ventajas que destacamos de la incorporación de la RSC a la estrategia de la empresa:
- Incrementa la competitividad. Una empresa que se ocupa de tender lazos y desarrollarlos con sus grupos de interés es más atractiva para los mercados internacionales y tiene un hecho diferenciador frente a las que no lo hacen.
- Fortalece la reputación. Una empresa responsable es capaz de atraer talento y de generar un clima laboral que fomente la colaboración y el compromiso.
- Favorece la cohesión social. Una empresa que atiende a las necesidades de su comunidad ayuda a restablecer la confianza perdida con la crisis.
La responsabilidad en las pequeñas empresas
Las buenas prácticas en la pequeña empresa se dan de una forma informal e intuitiva. Así lo percibe la sociedad. Según el Eurobarómetro de 2013 sobre el impacto de las empresas en la sociedad, el 79% de los encuestados considera que las pymes se esfuerzan por tener un comportamiento responsable. Pero no es suficiente, la RSC debe estar dentro de la estrategia de la empresa. Según los diversos expertos, este cambio es una inversión en futuro y se adecua al estilo de la nueva empresa.
Consejos para ponerla en práctica
- Establecer, potenciar y mimar las vías de comunicación con empleados, proveedores y clientes hará que las crisis puedan resolverse con el mínimo impacto. Hay que atender sus propuestas con escucha activa.
- Facilitar la conciliación familiar y laboral. Es una tarea fácil de implantar en una pyme porque se conoce de cerca la situación familiar de cada trabajador.
- Desarrollar la comunicación fluida entre la empresa y los trabajadores hará que se aproveche al máximo el talento en el corazón de la empresa.
- La transparencia y la orientación al cliente son acciones y actitudes que mejorarán el prestigio empresarial.
- La sensibilización medioambiental repercutirá en el ahorro de recursos de la empresa a la vez que se combate el deterioro del planeta.
- El apoyo a proveedores locales fortalecerá las redes de relación de la pyme y saneará las economías cercanas.
En esta guía podréis encontrar muchas formas de hacer responsabilidad social corporativa y si os animáis a implantarla en vuestras empresas aquí os dejamos las 30 reglas de oro para pymes.
No solo hay que ser responsable, sino que también hay que parecerlo. Es decir, debemos acompañar nuestra estrategia de RSC de una campaña de comunicación. Tan importante es hacer las cosas bien como contárselo a nuestros grupos de interés. Tanto la web de la empresa como las redes sociales son excelentes herramientas comunicativas de la RSC.
Soplan nuevos vientos. Clientes, empleados y proveedores quieren empresas solventes pero con sensibilidad social y medioambiental. Hay que ir más allá de la cuenta de resultados, la RSC aporta valor añadido tanto en grandes como en pequeñas empresas.