¿Quién no ha deseado saber lo que pasará en los próximos años? La famosa bola de cristal que tan útil sería a las empresas. El diseño de futuros es una metodología que, aceptando la imposibilidad de saber con certeza lo que va a suceder, desarrolla estrategias y analiza escenarios posibles para tomar las decisiones más acertadas en el presente. Aplica el principio de incertidumbre a la estrategia de la compañía y estarás mejor preparado para los imprevistos.
Comprender el diseño de futuros
Se suele utilizar la imagen de los dos conos que incluyen un futuro posible, otro preferible y un amplio margen de posibilidades asociadas. Este esquema enfatiza la visión lineal del tiempo y las decisiones humanas, incluidas las empresariales, como un posicionamiento en un proyecto hacia delante. Sea con esta visualización o con difíciles fractales, la idea es aceptar un mundo cambiante y complejo. En este sentido, será muy útil para comunicar los planes, construir y materializar esos posibles escenarios.
Filósofos como Leibniz reflexionaron sobre los mundos posibles, es decir, sobre las alternativas a la realidad que compartimos, en distintos tiempos y espacios. En la lógica organizacional se trataría de transitar desde la pregunta “¿cómo arreglamos esto?” hacia la sostenibilidad y capacidad transformativa, es decir, hacia “¿cómo nos convertimos en algo distinto?”.
Muchos teóricos, especialmente desde los años setenta, han estudiado la prospectiva estratégica y la innovación, ambas vinculadas al diseño de futuros. Pero las leyes que se manejan como herramienta metodológica se le atribuyen a Jim Dator.
Leyes de Dator
El futuro no puede ser predicho porque el futuro no existe. Según Dator, algunas “imágenes de futuro” son compartidas o debatidas por la población y pueden servir para tomar decisiones en el presente. Se consideran pistas. Aclara que, además:
- Los futuros alternativos pueden y deben ser pronosticados.
- Los futuros preferidos pueden y deben preverse, inventarse, implementarse, evaluarse continuamente, revisarse y volver a preverse.
- Los diseños de futuro deben anteceder para luego vincularse a la planificación estratégica y, finalmente, a la administración.
Cualquier idea útil sobre los futuros debe parecer ridícula. Como la ciencia ficción, primero parece absurda e irreal y al final se convierte en normal. Lo que se suele considerar el futuro más probable suele ser el menos probable.
Conformamos nuestras herramientas y luego nuestras herramientas nos moldean a nosotros. Con Marshall Mc Luhan se puede afirmar que el cambio tecnológico es el cambio social y ambiental. Se trata de entender la brecha entre “¿dónde estamos hoy?” y “¿qué queremos ser?”.
Aplicar el diseño de futuros
La idea es delinear políticas a largo plazo que se anticipen a posibles imprevistos en el sector. La metodología se basa en tres ejes, según Enrique Cortés Funes, autor del libro Diseño de futuros para transformar el presente:
- Desconfiar de los gurúes del futuro.
- No caer en tendencias que son fotos del pasado.
- Ser precavidos con la coyuntura: su inestabilidad puede hacer que te precipites.
Uno de los departamentos que se beneficia de esta metodología es el de recursos humanos, en tanto que la decisión de cuál es el plan de formación necesario para su plantilla es fundamental e imprescindible desde la pandemia. Objetivo de futuro: acertar en el reskilling.
En definitiva, las cuestiones que analiza el diseño de futuros tienen mucho que ver con la capacidad de ser ágiles de las compañías. Es competencia del departamento de recursos humanos orientar las respuestas a preguntas cómo ¿dónde y cómo competimos? o ¿cómo aprenden y crecen los empleados?