Cada empresa establece su jerarquía o estructura organizativa y, basándose en ella, se reparten las competencias y funciones de la conocida como “cadena de mando”. Uno de los eslabones de esta cadena, más útiles y necesarios para la compañía, son los mandos intermedios. Sin embargo, también son quienes ostentan la posición más comprometida. Respetar su papel en la estrategia empresarial y no puentear su rol es clave para una empresa saludable y exitosa.
Puentear a los mandos está desaconsejado
Según la definición de la Real Academia de la Lengua, puentear significa “recurrir a una instancia superior saltándose la inmediata en el orden jerárquico”. Esta opción resulta tentadora cuando el mando intermedio está escogido por razones no profesionales. Esto sucede muy frecuentemente en las empresas familiares.
¿Quién no ha trabajado en una compañía con esta coyuntura? Sin embargo, en una organización con una estrategia pensada y diseñada para alcanzar unos objetivos, cada cargo y nivel tiene una responsabilidad específica. Los cargos directivos generan planes a medio y largo plazo, y el resto de la plantilla supervisa y ejecuta. Y el engranaje funciona si no se saltan piezas.
Para lograr la eficiencia en el desarrollo de las tareas, cada nivel, tanto el directivo como el de la plantilla, debe respetar la cadena de mando. Tan perjudicial es que alguien empleado puentee al mando intermedio para acceder a la dirección como que esta no delegue responsabilidad en los encargados de controlar la producción de sus empleados.
Estrategias de resolución de conflicto
Si detectas un caso de puenteo entre la plantilla, en primer lugar, tómatelo como una señal de que algo no funciona. ¿La comunicación y/o el reparto de tareas es demasiado rígido? Se trata de una oportunidad para mejorar el diagnóstico y las relaciones entre los empleados de distintos niveles. ¿Necesitas diseñar una arquitectura distribuida, basada en plataformas, que agilice la comunicación y detecte de manera más eficaz las barreras?
Ya conoces algunas estrategias para facilitar la labor de los mandos intermedios. No obstante, siempre viene bien recordar algunas claves:
- Sí, las palabras sirven, especialmente si escoges el momento, la actitud y aprovechas las herramientas de la comunicación no violenta.
- Marcar límites. Tan necesario es abrirse para agilizar la comunicación como dejar claras las líneas rojas. Ambas deshacen los nudos de los malentendidos.
- Recuerda que todas las personas vivimos realidades concretas y cambiantes. Observa y pregunta para situar el conflicto particular que tienes entre manos.
Tips para optimizar la cadena de mando
Puentear al mando intermedio socava su autoridad y genera incertidumbre. Impacta negativamente también en la comunicación y daña la moral de la empresa, que puede conducir a una alta rotación y una menor productividad.
Lo primero que debe estar claro es la jerarquía de la organización y las funciones que se esperan de cada puesto. Para ello, aplicar el manual de valoración puede resultar de gran utilidad.
Por otra parte, en ocasiones es necesario contar con una auditoría o agente externo. Puede resultar violento expresar a alguien de la plantilla que lleva tiempo trabajando en la empresa que no es la persona válida para ese puesto. Contar con una mirada objetiva e imparcial facilita el trámite.
Por último, es importante blindar a los altos cargos mediante su profesionalización. Evitar que entre en juego en este nivel una mala praxis de recursos humanos es clave para lograr objetivos.