Raimundo Amador, músico.

Tiene un hueco en la historia de nuestra música. De gira, y mientras trabaja en lo que será su próximo disco, evoca todo lo que le ha dado la guitarra. Solo con repasar con Raimundo Amador (Sevilla, 1959) lo vivido hasta los 12 años da para una entrevista. Músico de pata negra, virguero de las cuerdas, hablamos con él en una pausa de sus sesiones en el estudio casero, donde trabaja. Hay sencillez en las palabras de un músico que ha tocado con los mejores del flamenco y del blues, primer español artista Fender  International. Hablamos con él entre sonidos de hijos, nietos y, siempre, música.

Desde muy pequeño, se vio que lo suyo con la guitarra iba en serio…
[Ríe] Era tan pequeño que, si tenía que subir una escalera, la guitarra iba dando golpes con los escalones. No sé… con cuatro o cinco años ya le daba a la guitarra. Mi padre tocó mucho y llegó a ganar un premio en el  programa de Radio Sevilla ‘Conozca usted a sus vecinos’. Mi hermano se llama Rafael como homenaje al presentador de ese programa, Rafael Santiesteban.

¿Cuándo vio que podía ganarse la vida con la guitarra?
Éramos una familia muy humilde, así que, a las capacidades que pudiera tener, se unía el ingenio para buscarme la vida. Tocaba con 8 o 9 años mucho flamenco –aunque también tocaba series como ‘Bonanza’ o ‘El Virginiano’-, pero pronto me di cuenta de que era importante saber cómo acompañar a un cante y a un baile. ¿La primera vez que gané dinero? Cuando, con 9 años, me junté con unos cuatro o cinco en la Feria y conseguimos 250 pesetas. Esa noche, me oyeron tocar Manolo Caracol y Pepe Marchena… ¡Cómo para olvidarlo!

Poco después, conocería a Camarón, Paco de Lucía…
Viví de todo. En aquella época tocaba con mi primo Juan José, y actuábamos en bastantes locales, incluso uno lo terminaron llamando ‘Los Gitanillos’ por nosotros. Iban a vernos los grandes de la época, y un día pasó el director de la Columbia y nos contrató para un disco. Luego llegaría Camarón y ‘La Leyenda del tiempo’, Paco de Lucía, Enrique Morente, la familia Montoya, Veneno –en una comuna hippy-, Pata Negra… Pasó de todo.

Y después, B.B. King, Björk, Santana, ¿cómo se enfrenta uno a ellos?
A golpe de guitarra, porque [ríe] ando muy justito de inglés. Cuando estaba muy tranquilo era sobre el escenario. Ahí se te olvida todo, pero un mes antes, que te dicen que vas a tocar con B.B. King, me entraba… pues cagalera, para qué te voy a engañar. He vivido como dos vidas, y que espero llegar a tener tantos años como B.B. King con la guitarra a cuestas.

Y es el único músico español Artista Fender Internacional…
¡Buf! Cuando entras en la web y ves que aparece Eric Clpaton y luego tu nombre, te da una cosa. Una pasada.

Su actualidad pasa por su gira con ‘Medio hombre, media guitarra’, su último disco. ¿Y en el futuro?
Estoy muy metido en el estudio que tengo en casa, dándole vueltas a un disco. A mis cincuenta y muchos, procuro hacer lo que me apetece. No sé que va a salir, no quiero cocerlo, guisarlo mucho, ni sé cuándo ni cómo saldrá —lo mismo lo edito también en vinilo—. Y hago vida familiar, con mis seis hijos y siete nietos —dos en camino—. No me puedo quejar, la verdad.