Javier Capitán, comunicador.

Javier Capitán (Barcelona, 1961) está «a la expectativa de destino», dedicado al cuidado de su hijo de 16 meses. Para preparar su vuelta a la actividad, añade a sus años de trabajo en marketing una popular singladura en los medios de comunicación, muchos de ellos en compañía de Luis Figuerola Ferretti como gratificante dúo que repasaba la realidad a golpe de imitación. Repasamos el curioso periplo laboral de la que ha sido ‘la voz’ de hasta cuatro presidentes de Gobierno: Adolfo Suárez, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero. «De Calvo-Sotelo se encargaba Luis», apostilla.

¿Cuál fue su primer contacto con el vil metal?
Mi padre llevaba en Barcelona la representación de una empresa de cajas fuertes, y también de otra compañía de maquinaria. Como también había tienda, iba allí por las tardes, mientras estudiaba Económicas. Y tuve otra experiencia, ésta vez en especie, porque acompañaba a un amigo uruguayo que cantaba por locales nocturnos. Al terminar, montaba una especie de rueda de prensa con diversas voces y, al menos, me pagaban las copas.

No tardó en incorporarse al mercado de trabajo… 
Al final de la carrera, en 1985, conseguí una beca de la Fundación de Empresa Pública para trabajar en el Instituto Nacional de Hidrocarburos. Seis meses como becario para pasar luego a un contrato en prácticas, mi puerta de entrada a varios años de carrera en el mundo del marketing. Llegué a esta primera ocupación por una entrevista de trabajo en la que, no recuerdo por qué, terminé imitando a Felipe González. Fue una época muy interesante; preparé un tocho de investigación sobre las transacciones exteriores de las empresas del grupo.

Y llegó a trabajar en la subdirección de marketing estratégico de Repsol.
Sí, viví el nacimiento del actual logo de la compañía, que se probó en una estación de servicio que no servía combustible, para ver cómo quedaba todo.

¿Cómo compatibilizó la radio con el trabajo? 
Un acuerdo con la empresa –flexibilidad y descuento en la nómina– me permitía trabajar en la radio. Después, pedí la excedencia, pero ya no volví. Empecé en 1986, con Julio César Iglesias. Curiosamente, conocí a mi pareja, Luis Figuerola Ferretti, porque presentó una campaña de publicidad en el Instituto Nacional de Hidrocarburos… que al final no consiguió, por cierto.

Destacó su trabajo en televisión al frente de ‘El Informal’. ¿Cuántas veces ha tenido que explicar que tenía que echarle varias horas a eso de hacer humor?
Cierto, la experiencia fue muy gratificante y tuve suerte de trabajar con gente con talento y ganas, pero no fue nada fácil. Había que intentar  mantener el alto el listón cada día, y yo lo compatibilizaba con la radio. Ahí puse en práctica mi forma de dirigir, no la del ordeno y mando, sino la de dejar que el personal se responsabilice de su trabajo y sacar de esa forma lo mejor de ellos.

Aparte de su hijo de 16 meses, tiene otro de 19 años, ¿cómo ‘dirige’ su carrera?
Insisto mucho en que los máster son muy importantes, claro, pero que son fundamentales la persona, su potencial, su claridad de ideas, su capacidad de proyectar el futuro. Ha estado un año en Inglaterra, estudiando inglés mientras trabajaba, y ahora estudia Empresariales.

De vuelta a su trabajo, ¿cómo es su presente? ¿Ha incorporado voces nuevas al repertorio? ¿Cómo le gustaría que fuera su futuro?
He estado muy centrado en mi ‘trabajo’ como mi padre, con participaciones ocasionales en convenciones de empresa. Entre las últimas imitaciones, estoy con Guardiola y Mourinho, y quien sabe si tendré que pulir las de Rajoy o Montoro. ¿El futuro? Hay proyectos. Me gustaría volver a la radio, por supuesto, donde trabajé con Julio César Iglesias, Carlos Herrera y OlgaViza. Otra vía abierta es la de comunicación.