El modelo de empresa con un jefe autoritario, arrogante y soberbio, que impone su criterio sin tener en cuenta las opiniones de los demás miembros del equipo, está cambiando. Hoy, las organizaciones buscan un líder empático, con una mentalidad más abierta con los trabajadores, que sepa ofrecer un trato cercano y humano y conectar con los empleados.
Contar con un líder empático, alejado de los valores puramente jerárquicos, permite tener una mayor productividad y empleados motivados y alineados con los objetivos de la compañía. Este tipo de liderazgo es respetado y valorado por todos los miembros del equipo.
Diferencias entre un jefe y un líder empático
El jefe autoritario poco tiene que ver con un líder empático. La diferencia fundamental estriba en su comportamiento. Mientras que el jefe jerárquico se limita a hacer valer sus órdenes sin dar opción a rebatirlas, el líder empático se gana la confianza y el respeto de los empleados sin perder su autoridad.
Un líder empático se preocupa por las necesidades profesionales y personales de quienes le rodean, procurando la motivación del equipo. Además, actúa de puente entre la organización y los individuos que la componen, de manera que ambos pilares compartan objetivos. Esto tiene como reflejo un funcionamiento óptimo de la compañía y el avance hacia la excelencia del producto creado o del servicio ofertado.
Principales características de un líder empático
El líder empático se caracteriza por una serie de patrones que tienen como pilar básico la capacidad de ponerse en lugar del otro y conocer sus necesidades, lo cual es de interés para una óptima gestión del equipo. Entre otras características se encuentran las siguientes:
- Humildad: un líder empático trata a todos los miembros de su equipo con respeto y dignidad, sin hacer distinciones.
- Entusiasmo: mantener una actitud positiva ante todas las tareas invita a transmitir los mismos valores al resto del grupo.
- Confianza: confía en las capacidades de los miembros de su equipo, delegando tareas y consultándoles aquellos aspectos que considere necesarios.
- Ejemplaridad: su comportamiento siempre está orientado a dar ejemplo a las personas del equipo que dirige.
- Conocimiento: el líder empático también debe tener un conocimiento absoluto de los asuntos de interés del proyecto que desarrolla, demostrando así sus méritos propios.
- Diálogo: el diálogo y el feedback con el equipo siempre está presente. Un buen líder reconoce sus errores y aprende de las personas que le rodean, lo que le ofrece la oportunidad de crecer profesional y personalmente.
- Calidez y autoridad: el trato de este tipo de líderes se basa en la calidez y la capacidad de relacionarse de una manera efectiva. Sin embargo, es capaz de actuar con cierto grado de rigidez. De manera que, tras escuchar a todos los miembros del equipo, él tenga la capacidad de tomar la última decisión.
Qué papel desempeña en la organización
Determinados principios rigen el comportamiento del líder empático y, por tanto, de los empleados, dando forma así a los elementos diferenciadores de una organización. El objetivo final debe ser la empatía organizacional. La compañía debe satisfacer las necesidades de sus empleados, escuchándoles y dándoles la importancia que merecen. Se consigue así no solo lograr equipos cohesionados y eficientes, sino también un grupo con un óptimo funcionamiento, lo que beneficia a ambas partes.
Si los integrantes del equipo están al servicio del líder y la empresa, ésta debe estarlo también para todos los miembros de la organización. El líder empático, y por extensión la compañía, fomenta los valores institucionales e individuales, respetando la autonomía de sus integrantes y mostrando solidaridad con sus necesidades, siempre bajo un criterio de bien común.
Contar con la presencia de un líder empático puede ser la diferencia que le permita a una empresa mantener su rumbo de cara a un futuro exitoso. Por este motivo, cada vez son más buscados los profesionales con estas características, lejos de los perfiles autoritarios que imperaban hace unos años.