Un equipo distribuido es aquel cuyos empleados trabajan en remoto o en jornadas híbridas en diversas localizaciones. Las ventajas de contar con este tipo de estructura son la captación de talento cualificado, al poder llegar a todos los mercados o la posibilidad de trabajar sin descanso al beneficiarse de la diferencia horaria. Para gestionarlo es esencial prestar especial atención al reclutamiento y el onboarding, asegurando la comunicación ágil y efectiva en tiempo real y garantizando herramientas apropiadas para ello.
Estas son las ventajas de los equipos distribuidos
Tras la crisis sanitaria, muchas empresas han apostado por deslocalizar, sino todos, algunos de sus puestos de trabajo. Cuando una plantilla trabaja desde diversas ubicaciones se entiende que este es un equipo distribuido. Algunas de sus ventajas son las siguientes:
- Trabajar sin descanso en los proyectos: aprovechando la diferencia horaria de las distintas ubicaciones, por ejemplo. Lo cual implica mejorar los márgenes de entrega y la tasa de producción.
- Encontrar talento cualificado al abarcar todos los mercados. Restringir el reclutamiento de talentos a una ubicación puede ser limitante, especialmente si se está buscando profesionales con habilidades específicas.
- Mayor acceso a personal diverso con el aumento de la probabilidad de generar equipos inclusivos.
- Diseño modular, como si se tratara de una arquitectura de software, que permite procesos ágiles.
- Optimizar el uso de reuniones diarias (daily meets) al tener que aprovechar las “horas doradas”, es decir, aquellas en las que confluye la mayor parte o todo el equipo en sus diversas localizaciones.
- Reducir los costes inmobiliarios y de suministros que, bien gestionados, son inferiores a los de las soluciones digitales que debes proporcionarles.
Cómo gestionar un equipo distribuido en varias localizaciones
Un caso de éxito en la gestión de un equipo distribuido es la organización que ha implementado Google con jornadas híbridas y flexibles. Si tomas esta decisión estratégica, es primordial que cuentes con una infraestructura adecuada que permita comunicarse, colaborar y coordinar tanto la fuerza laboral como los proyectos. Algunos ejemplos son la mensajería instantánea o las plataformas de videollamadas.
Aunque tras la transformación digital acelerada por la pandemia las empresas han mejorado significativamente su capacidad para proporcionar trabajo en remoto, conviene recordar algunas buenas prácticas:
- Presta especial atención al reclutamiento y a los procesos de onboarding cuando la incorporación sea a distancia. Por ejemplo, puedes invitar a los nuevos trabajadores a escribir una pequeña entrada en el blog corporativo, presentándose tanto como profesional como con alguna información que genere confianza y cercanía, como sus aficiones.
- Mantén reuniones y formación con todo el equipo a la vez en tiempo real.
- Comunica tus expectativas de manera clara y transparente.
- Dota de las herramientas suficientes para lograr la transmisión de la información bidireccional. Es decir, que todo el equipo pueda hacer llegar sus mensajes tanto a los compañeros como a los responsables.
- Ofrece eventos de team building y afterwork en remoto para fortalecer los vínculos de quienes no comparten el día a día en la oficina.