El emprendedor, ¿nace o se hace? Un poco de todo. Los expertos aseguran que el emprendedor ha de ser una persona observadora y con mucha iniciativa, pero también están de acuerdo en que esos valores se pueden y se deben desarrollar en la Universidad. Es decir, hace falta una vocación natural que permita escuchar a la sociedad y entender qué reclama  en cada momento, además de una capacidad que permita gestionar adecuadamente los recursos disponibles para poder dar forma a esa idea. Capacidad que, principalmente, se construye en las aulas. Pero, ¿qué puede aportar esta formación?

«El modo de trabajo tal y como lo conocemos está llamado a desaparecer, vamos a trabajar más por proyectos», explica María Antonia Rivilla, directora de Planificación y Desarrollo de Negocio de CESMA. Pero no hay que confundir ser emprendedor, «que es una actitud proactiva», con ser empresario.«El empresario nace, es un arte, como la pintura o el canto», añade Rivilla. Para Francisco Mata, decano de Estudios de Grado en IE University, la universidad debe ayudar a los futuros empresarios en cuatro ámbitos. Primero, «debe capacitarles en una formación sólida que conjugue lo teórico con lo práctico», explica. Con esto se pretende que sepan, por un lado, comprender el mundo que les rodea y, por otro, tener una base suficiente de conocimientos para saber cómo actuar en él. En segundo lugar, «debería facilitares el conocimiento de sí mismos», es decir, enseñarles a entender quiénes son y dónde pueden llegar, sin crear falsas expectativas ni dejarles caer en conformismos.

En tercer lugar, las facultades han de aportar a cada futuro emprendedor una serie de habilidades interpersonales, «soft skills», de manera que sepan comunicarse bien con las personas en otros ámbitos, culturas, idiomas y sistemas de valores. Por último, tienen, a su vez, que asesorarles en el proceso de desarrollo de sus planes concretos de negocio, «para que se aprovechen de todas la ideas, a base de ir puliéndolas y mejorándo las con la experiencia de los profesores y expertos que puede aportar la universidad», añade Mata.

Para ello, centros como IE University o CESMA cuentan con herramientas que facilitan este aprendizaje. El Módulo IE, que se compone de una serie de asignaturas que todos los estudiantes de esta institución tienen que cursar, relacionadas con las humanidades, la ética, las habilidades interpersonales y la gestión o los seminarios y foros dedicados a ayudar ajóvenes para  que descubran su espíritu emprendedorcomo ocurre en CESMA, son claro ejemplo de ello.

Tiene premio

Cabe destacar también que cada vez son más los centros e instituciones de educación superior que otorgan premios y distinciones a los mejores emprendedores del momento. Por ejemplo, el 5 de junio, ESIC Business & Marketing School entrega los premios Áster 2012, que tras 30 años potenciando la integración entre la formación académica y la vida empresarial, se han convertido ya en uno de los galardones más importantes.