Miedo. Lo que la crisis provoca en los trabajadores españoles es miedo. Miedo al cambio, al qué vendrá y a qué pasará conmigo. Por eso para Mark Pearson, socio responsable de People & Chance de PwC, hoy el principal reto de los directivos es «saber comunicar con los empleados, informarles para reducir su incertidumbre».

«Durante los últimos 20 años hemos vivido ciclos económicos en fases: reclutábamos y consolidábamos –explica–; hoy los ciclos vienen juntos». «Es necesario atraer talento, pero también hay que reestructurar para reducir gastos, y hay que hacerlo todo al mismo tiempo –apunta–; el cambio es radical».

De la misma opinión es Telva Arroyo, directora de Recursos Humanos de Merck: «es muy difícil predecir los cambios de un entorno que está en permanente y rápida transformación y los ‘mánagers’ deben anticiparse para gestionar ese cambio». «Además de informar hay que formar a las personas para que se sientan preparadas ante  lo que está por llegar», explica Ramón del Caz, director de Recursos Humanos de Axa.

La primera crítica a nuestros directores generales llega de la mano de Fernando Córdova, director de Recursos Humanos de ING Direct, quien señala que «los verdaderos líderes deben encarar la realidad ymuchos no están sabiendo hacerlo». A su juicio, resulta esencial «involucrar a la gente para convertir a las personas en verdaderos agentes del cambio».

El director de Formación Corporativa de BBVA, Ignacio de la Vega, destaca la faceta externa de todos los presentes. «Tenemos una obligación hacia fuera y es hora de trabajar el ‘employer branding’ (marca de empleador que se traduce en buena reputación empresarial)», explica. «Debemos construir un posicionamiento de empresa cimentado en valores sólidos», añade.

Nuevos desafíos

También las nuevas tecnologías se han convertido en un reto permanente para las primeras líneas de los organigramas. «Lo están cambiando todo», señala Jean-Jacques Ribeiro-Alves, director de Recursos Humanos de Air France KLM, cuyo sector es uno de los más afectados por el huracán de internet. «Tenemos que ser capaces de enviar mensajes claros a nuestros empleados, motivarles y darles confianza en el futuro», añade Ribeiro-Alves.

El director general de Infoempleo.com, Francisco Muñoz, va un paso más  allá. «Creo que el gran reto no solo está en calmar el clima o minimizar los miedos –explica–; el gran reto es transformar las organizaciones, globalizarlas, lograr nuevas competencias de sus equipos. No se trata de una evolución, sino de una transformación». «Tenemos que afrontar el mercado de forma diferente a travésde la innovación, que muchas veces viene de la mano de los empleados. Necesitamos gente valiente y con coraje», añade Telva Arroyo. «Y dejarles emprender sin castigar el error, tal y como se hace fuera de España», apunta Paco Tamayo, director general de los encuentros Pink Slip Party.

La hora del compromiso

Marta Valer, directora de Grandes Cuentas de Randstad, expone una de las claves de los recursos humanos de nuestros días: «hoy, más que nunca, es necesario lo que nosotros llamamos ‘engagement’; conseguir que la gente se comprometa». Por ello, considera que «hay que subirse al tren del positivismo para que cuando esto pase, que pasará, tengamos las bases para construir compañías sólidas». «Hay que lograr que cada empleado sea un embajador de la marca», explica Mark Pearson.

Los expertos consultados coinciden en que lograr ese compromiso es uno de los papeles estelares de la dirección general. «Parte de nuestro bonus va unido a esa capacidad de generar compromiso», recuerda la directora de Recursos Humanos de Merck. «Los empleados nos juzgarán a todos por cómo hayamos actuado con menos recursos», añade Ribeiro-Alves.

El director de Recursos Humanos de Axa se muestra  como un «gran defensor del ‘no talento’». «Hay que tener galácticos, pero las empresas viven de los que trabajan día a día», explica. Para Fernando Córdova, «ambos grupos son igualmente importantes, pero deben encajar». «El reto es convertir a todas las personas de la empresa en ‘key staff’(empleados clave)», señala Ignacio de la Vega.

Llegados a este punto, la  inteligencia emocional y los valores del directivo se ponen encima de la mesa. «Somos una combinación de razones y emociones, y ese es un aspecto clave para lograr el compromiso», explica Ramón del Caz; «como también lo es demostrar el más alto nivel de integridad», concluye Telva Arroyo.