En todo trabajo existen jefes y empleados, y ambos tienen que tener conductas asertivas si se quiere lograr un buen ambiente de trabajo. Los jefes asertivos son aquellos que no tienen que demostrar continuamente quién tiene la autoridad. Confían en sus trabajadores y no actúan a la defensiva, sino con un trato amable para potenciar equipos cohesionados.
La asertividad es la habilidad que nos permite defender nuestros puntos de vista sin herir ni violentar a los demás. Los jefes asertivos no se aprovechan de su situación de poder ni imponen sus decisiones. Este tipo de liderazgo cada vez es más buscado por las empresas y es muy valorado por los trabajadores.
Características de los jefes asertivos
Los jefes asertivos tienen en común una serie de características que les permiten gestionar equipos con éxito. El perfil de un superior que trabaja con asertividad debería ser el siguiente:
- Comunicación con los empleados: el jefe que actúa con empatía sabe encontrar el momento oportuno para comunicarse con sus trabajadores. Los elogios y las correcciones deben hacerse en privado. Se evita así la humillación del empleado o generar envidias y recelos entre los compañeros.
- Admite sugerencias: la asertividad permite a los jefes escuchar las sugerencias de los trabajadores, que se muestran libres de proponer sus ideas en su presencia.
- Formación en inteligencia emocional: el superior con asertividad entiende que el tono que utiliza y el lenguaje corporal tiene un impacto con los empleados, y por eso lo cuida especialmente. Es una persona crítica que observa sus propios fallos y procura corregirlos. Nunca evita el contacto visual ni actúa de una manera amenazante ni excesiva.
- Respeta a los demás: los jefes asertivos respetan a los demás, saben escuchar y son ordenados en su forma de expresarse, transmitiendo claramente lo que se quiere, pero sin hacer sentir mal a su interlocutor. No abusan de su posición de poder ni imponen sus condiciones. Tampoco achacan a los demás sus fallos, sino que asumen la responsabilidad de sus actos.
- Genera un buen ambiente laboral: un buen líder no impone, ni acusa o amenaza. No busca culpables, sino que implementa soluciones, y prefiere el diálogo a las imposiciones. Todo ello contribuye a conseguir un buen ambiente laboral, más positivo y participativo, donde todas las opiniones son escuchadas.
- Ánimo templado: el jefe empático domina sus estados de ánimo, y sabe gestionar sus emociones negativas. Sabe lo que quiere y lo expresa correcta y educadamente.
Beneficios de contar con jefes asertivos
Contar con jefes asertivos tiene múltiples ventajas para la empresa, entre ellas las siguientes:
- Menos malentendidos: la asertividad permite al jefe expresarse de forma clara y directa, de manera que el empleado no tenga que interpretar la información. Se evitan así confusiones, malentendidos y suposiciones o interpretaciones equivocadas.
- Mayor eficiencia y confianza: los jefes asertivos delegan tareas en la persona idónea para responsabilizarse de la actividad que se le está encomendando.
- Roles bien definidos: un estilo asertivo permite a los jefes ganarse el respeto del resto de participantes, haciendo que todos los miembros del equipo tengan claro su rol y sus responsabilidades.
Los jefes asertivos diferencian a los buenos líderes de aquellos que tienen que mejorar el trato a sus empleados. Un líder asertivo y empático es el perfil más recomendable para las empresas. Demostrar sensibilidad ante las opiniones de los empleados y, a la vez, saber defender las propias ideas a través de una exposición bien argumentada es una habilidad muy útil en cualquier compañía.