Un jefe es aquella persona que conduce a un equipo de trabajo para lograr un objetivo. Hay muchas tipologías de jefes en las empresas y no resulta igual de productivo y motivador trabajar con un jefe líder o tirano, ya que ambos presentan perfiles prácticamente antagónicos.
Diferentes estilos de gestión
Existen muchas diferencias entre un jefe líder o tirano. Un jefe entiende la autoridad como un privilegio que le concede su puesto, mientras que para el líder la autoridad es una herramienta útil para conseguir los objetivos marcos. En este sentido, un jefe manda y un líder resulta de utilidad, manteniéndose al frente del equipo con su compromiso.
Un jefe líder convence con argumentaciones y su ejemplo, y se gana la simpatía de sus subordinados, mientras que el jefe tirano hace valer su jerarquía y siente la necesidad de imponer su criterio. Esto provoca que sus empleados le tengan miedo, frente a la confianza que despierta el líder.
El superior tirano busca señalar a la persona que ha cometido un error. Abronca y grita en público, humillando a sus subordinados. Mientras que el líder reorienta la situación para buscar la solución al problema. Y mientras el jefe tirano supervisa que sus órdenes se cumplan a rajatabla, el líder delega, confía y sabe motivar a sus trabajadores.
Por último, el jefe tirano cosifica a sus empleados y desprecia cualquier contacto con ellos, limitando sus actuaciones por propia inseguridad, justo lo contrario que hace un buen líder, que respeta a sus empleados y les otorga las herramientas necesarias para su propio desarrollo profesional.
Cómo ser un jefe líder y qué hacer con un jefe tirano
Para ser un jefe líder hay que trabajar en una serie de capacidades y habilidades que le permitirán estar a la altura de lo que los trabajadores pueden esperar de su gestión. Entre esas aptitudes está la capacidad comunicativa, la de delegar, el positivismo, la confianza, el compromiso y la honestidad, que permitirán a un jefe líder la correcta gestión de los equipos, y un aumento en la productividad de los trabajadores.
Los jefes tiranos, por su parte, suelen estar al frente de plantillas con una alta rotación. Ya que cuando los empleados encuentran la posibilidad de salir de la empresa tienden a aprovecharla. Para frenar a un jefe tirano la inteligencia emocional y poner límites claros suelen convertirse en las herramientas más utilizadas por los trabajadores.
Ser jefe líder o tirano depende no solo de la personalidad de quien ostenta la autoridad, sino también de su capacidad de control y el desarrollo de ciertas habilidades. A ser buen jefe también se aprende.