Introvertido y extrovertido son dos adjetivos que normalmente se usan para describir la personalidad de la gente, y concretamente de los trabajadores en el caso que nos ocupa. Evidentemente, hay diferencias entre una persona introvertida y una extrovertida, pero ¿es mejor una cosa que otra? Ahora vamos a ver que, a pesar de que todo el mundo tiene puntos fuertes y puntos débiles, no tiene nada de malo ser introvertido, en contra de lo que se cree en muchas ocasiones.
Rasgos de los introvertidos y los extrovertidos
Las personas extrovertidas están encantadas cuando se rodean de mucha gente. Les gusta socializar, conversar y, en definitiva, suelen tener altas capacidades de liderazgo. Alguien introvertido, por el contrario, suele pasar más tiempo encerrado en su mundo interior. Es decir, no le gusta pasar tanto tiempo con grupos grandes de gente y, por lo general, no es tan asiduo a socializar.
Sin embargo, este perfil también tiene sus ventajas: una persona introvertida es muchas veces mejor en lo que se refiere a relaciones entre dos personas, y además suele prestar mucha atención al detalle. Es más, un empleado introvertido puede ser lo que buscas para determinados puestos de trabajo. ¿Por qué? Porque le resulta fácil concentrarse y focalizarse solo en su tarea, de modo que puede ser muy productivo en determinados empleos como el de contable o programador, que requieren esta característica.
Un punto de vista biológico
Al margen de que evidentemente hay aspectos externos de nuestra vida que moldean nuestra personalidad, podemos tener en cuenta un hecho biológico que determina si una persona es introvertida o extrovertida. Nos estamos refiriendo a los niveles de activación basales.
Estos son más altos en las personas introvertidas que en las extrovertidas. Por eso, un mismo estímulo puede traducirse en una agradable activación para unos y en estrés y agobio para las personas introvertidas. En definitiva, los extrovertidos van a buscar más estímulos para sentirse activos; los introvertidos, por el contrario, tienen suficiente con menos y eso les hace ser más tranquilos y cautelosos.
¿Cómo puedes sacar partido a estos perfiles?
Ya ves que no hay una personalidad mejor que otra; simplemente hay fortalezas y debilidades, y es que no todos tenemos las mismas aptitudes para todo. Si buscas un perfil de ventas o publicidad, que requerirá relacionarse con mucha gente, te convendrá contratar a alguien extrovertido. Si necesitas a alguien con alta capacidad de concentración y atención al detalle, alguien más introvertido puede ser mejor.
Por otro lado, se trata de que tanto el empleado como la empresa hagan por amoldarse. El trabajador, aunque sea introvertido, deberá hacer lo posible por funcionar bien en el equipo; tú tendrás que poner tu grano de arena para fomentar el compañerismo y hacer que él también se sienta a gusto. Al fin y al cabo, la idea es que ambos cumpláis con ciertas expectativas.
Has podido comprobar que simplemente se trata de rasgos de la personalidad distintos, ni mejores ni peores. Conociendo a tus empleados lograrás sacarles el máximo partido a sus competencias profesionales. Por otro lado, si necesitas nuevo personal con características determinadas en Infoempleo puedes publicar tu oferta incluyendo entre los requisitos los que más te gustan que posean los candidatos.