El Internet de las Cosas: España planta cara a los nuevos avances

El Internet de las Cosas, conocido también como IoT por sus siglas en inglés (Internet of Things), es un concepto con el que progresivamente más y más personas se están familiarizando e integrando en su día a día. Pero, ¿qué es exactamente?

Según IDC Spain, el Internet de las Cosas se puede definir como un “conjunto de cosas o puntos conectados, como sensores, sistemas, productos de forma inalámbrica o cables con capacidad de generar datos de forma automática sin intervención humana.”a.”

Al final, dicho claro y sencillo, es la noción de conectar prácticamente cualquier dispositivo a internet, desde móviles a máquinas de lavar, incluyendo esencialmente todo tipo de objeto que podemos llegar a imaginar con posibilidad de encenderse y apagarse.

¿Cómo avanza el Internet de las Cosas en el entorno actual?

El IoT está en pleno auge. Su crecimiento anual ya supera el 20%, un aumento gradual  in crescendo desde ya hace unos años. Con un ascenso progresivo y constante, se prevé que este mercado se acerque a un valor de 2 billones de dólares en muy poco tiempo. De esta forma, podemos afirmar que este fenómeno tiene un gran peso y potencial en nuestra realidad.

En la revista Forbes, la proyección de futuro gira entorno a una sola frase: “Cualquier cosa que pueda estar conectada, estará conectada.” Los límites del IoT prácticamente son inexistentes y es imposible marcar fronteras más allá de la imaginación.

La situación del Internet de las cosas en España

España es uno de los países con más usuarios conectados a Internet. Recurrimos a la red diariamente para usos sociales, profesionales y una multitud de tareas personales. Además, España ocupa la primera posición en cuanto al despliegue de la fibra óptica.

España se ha ganado una auténtica reputación como pionera en el mercado loT y la gran implantación de Internet en el país ha sido una de los importantes factores que han contribuido a ello.

¿Cómo ayudará a las empresas el Internet de las Cosas?

Con el auge del Internet de las Cosas, los costes tecnológicos se reducirán y la productividad aumentará enormemente, pero por encima de todo suponen una gran oportunidad. Una conexión universal de elementos impulsa la innovación y obliga a que cualquier equipo humano aprenda a adaptarse a los nuevos caminos y retos que se presentan en el transcurso de su carrera profesional.

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