Reconocer el trabajo bien hecho está sobrevalorado, esa es la opinión generalizada que existe a la hora de premiar a un trabajador. Si piensas igual, en realidad lo que estás haciendo, a nivel de gestión y organización corporativa, es perder una oportunidad. A partir de los incentivos laborales podrás alcanzar un mayor volumen de metas. Te ayudamos a detectar qué acciones deben ser premiadas y cómo hacerlo de la forma más productiva.
¿Qué actitudes debes premiar con incentivos laborales?
La respuesta a esta pregunta vendrá condicionada por los objetivos que debe alcanzar cada trabajador. Aún así, existen actitudes o acciones que siempre son dignas de ser reconocidas. Entre estas últimas estarían aquellas que promueven el trabajo en equipo o que facilitan el día a día de los compañeros.
Para detectar las acciones más productivas, busca aquellas que sean lo más fáciles de cuantificar para tomar decisiones futuras. Entre ellas podríamos destacar recibir un comentario positivo por parte de un cliente, completar un proyecto importante, conseguir nuevos clientes, crear u optimizar un nuevo proceso interno o ir a cuestiones más objetivas como lograr incrementar las ventas.
¿Cómo incentivar ciertas actitudes en el trabajo?
- La recompensa básica debe ser una felicitación verbal. Porque no solo estarás obteniendo un feedback positivo, transmitiéndole seguridad y reforzando su labor, sino que estarás motivando a tu trabajador de cara al futuro y aumentando su bienestar en la empresa.
- Además de la comunicación interna, el aspecto económico tiende a ser el más utilizado para reforzar una acción positiva. Puedes pensar en contratos con bonus mensuales, anuales o por períodos intermedios si se alcanzan algunos de los objetivos anteriormente indicados. Ante este tipo de premio debes estar atento para no resultar demasiado mecánico. Es decir, que los regalos monetarios no resulten fríos y obligados. No olvidemos que reconocer el trabajo bien hecho provoca un efecto muy positivo en la motivación laboral del empleado. Si te limitas a realizar ingresos extras corres el riesgo de convertirlo en un incentivo monótono que acabe por no servir de aliciente.
- Personaliza cada recompensa. Si tienes esta opción en tu empresa, adaptar los premios laborales a cada situación personal te permitirá aportar un gran valor diferencial que repercutirá en tu compañía. Cada trabajador cuenta con unas circunstancias personales distintas. Algunos trabajadores prefieren mejorar su horario y otros valoran más las condiciones relacionadas con sus vacaciones. Algunos tienen una familia que les condiciona sus circunstancias y otros se mueven por intereses más personales. Las opciones son múltiples: flexibilidad horaria, flexibilidad en las vacaciones, trabajar desde casa, teléfono de empresa… En definitiva, si conoces a cada trabajador y le puedes ofrecer aquello que más necesita, estarás construyendo una empresa sólida y prometedora.
Planifica cómo y cuándo darás los incentivos laborales. Recuerda que si lo conviertes en algo rutinario o subjetivo perderás el efecto sorpresa y motivador. Plantéalo como una arma corporativa más y sácale el máximo partido.