Medir el desempeño de los equipos pasa tanto por analizar el ejercicio de empleados como el de mandos y jefes. Normalmente, se utiliza una perspectiva “de arriba hacia abajo”, pero la evaluación inversa permite cambiar el sentido del análisis: desde la plantilla hacia supervisores y gerentes. ¿Qué puede aportar la evaluación inversa a las organizaciones?
¿En qué consiste la evaluación inversa?
La evaluación inversa consiste en el análisis del desempeño de mandos intermedios, jefes, gerentes y responsables por parte de sus subalternos. Esta valoración se puede hacer en función a diferentes aspectos, como puede ser la organización de tareas, puntualidad, seguimiento del proceso, resolución de problemas, comunicación, implementación o gestión del cambio.
O afrontar, desde áreas más genéricas, las partes operacional, administrativa o estratégica dentro de sus funciones.
Comunicar este tipo de evaluación es fundamental para su éxito
Para poder implementar una evaluación inversa hay que establecer unos objetivos claros sobre lo que se quiere valorar. Y después seleccionar un método de recogida de la información. Puede hacerse mediante un cuestionario que pregunte por temas o áreas de desempeño del responsable. Tras administrar y recopilar la información, el siguiente paso será hacer una reflexión sobre el contenido de las respuestas. Para decidir e implementar algún cambio que deba hacerse.
Previo al inicio de este ejercicio, es importante comunicar adecuadamente los términos de esta evaluación inversa, así como los objetivos que se quieren alcanzar con ella. La importancia sobre la mejora que puede traer a los procesos, y sus derivadas sobre el personal cuyo proceder se estudiará por parte de sus empleados. De lo contrario, puede despertarse la susceptibilidad y que no sea bien recibido.
También hay que dejar lo suficientemente claro que el fin no es fiscalizar la actuación de los mandos, sino contribuir a la mejora de las prácticas directivas y la transparencia de los procesos.
Beneficios de incorporar la evaluación inversa
Aunque no es una práctica muy habitual, cada vez más empresas apuestan por incorporar herramientas que favorezcan el engagement y se mejore el clima laboral. Favorece la percepción de que la organización apuesta por la transparencia y el comportamiento ejemplar, empezando desde arriba.
La evaluación inversa contribuye a la horizontalidad dentro de la organización y el enriquecimiento de la profesión, al incluir una perspectiva de retroalimentación. Por otro lado, la opinión o el criterio con el que valoran los empleados a sus responsables es decisivo a la hora de que sientan el compromiso con la buena marcha de la empresa.
Sirve para identificar eficazmente los puntos fuertes y débiles, además de las áreas o aspectos son necesarios reforzar. Llegado el caso, esta consulta puede detectar comportamientos que no estén alineados con la cultura de la empresa y/o el tipo de liderazgo y poder corregirlos.
La perspectiva que ofrece esta evaluación es interesante, porque se realiza “desde abajo”, lo contrario al tipo de análisis que suele hacerse. Los responsables y gerentes pueden contar con un tipo de feedback interesante profesionalmente, que pueda contribuir a su crecimiento.