Laura Nieto, directora de agencia, Thinking Heads.
A lo largo de los últimos años en el mundo de las conferencias hemos recorrido un viaje en el que hemos aprendido de líderes que han sido capaces de encontrar y dar lo mejor de sí mismos, de inspirar y movilizar a los demás, incluso en las circunstancias más difíciles. Y es que como todos sabemos, durante este tiempo el entorno se ha hecho cada vez más arduo, poniendo aún más presión en nuestro país en una sociedad global que ya lidia con una transformación vertiginosa.
Por eso, el discurso de Gasol, Nadal e Iniesta, en el reciente spot para Nike, ‘Brilla, ilumina tu país’, no ha podido dar más en el clavo. En su mensaje, dedicado “a los que dudan” recuentan los numerosos triunfos del deporte Español, recordándonos el talento y la capacidad para el éxito con la que contamos. Pero, eso sí, más allá de ofrecernos un aliento superficial o gratuito, los campeones apelan al trabajo y el esfuerzo, junto a la humildad y el respeto, como claves para conseguir el triunfo.
Inherentemente emocional, este llamamiento se corresponde con el concepto académico de mentalidad de crecimiento, que Carol Dweck, profesora de la Universidad Stanford, identifica en su investigación en el área de la eficiencia y productividad. Las personas con este mindset, según Dweck, creen firmemente en que pueden conseguir sus metas a través de intensa dedicación, y consideran otros factores, como las habilidades innatas o las circunstancias de su entorno, secundarios. Esta perspectiva fomenta la resistencia y la capacidad de aprendizaje que comparten virtualmente todas las personas, ya sean atletas, escritores o médicos que han alcanzado, en cualquiera de sus formas, el éxito.
Pero no sólo en el deporte deslumbramos. El talento y capacidad de liderazgo nacional se demuestra también en los pensadores, científicos, diplomáticos y artistas españoles que se encuentran en la vanguardia mundial. En el ámbito empresarial España cuenta también con insignes modelos a seguir, multinacionales que están a la cabeza de sus sectores a nivel global. Mauro Guillén, profesor de la Wharton School de la Universidad de Pennsylvania, estudia desde hace años la internacionalización de la empresa española y su evolución. Ha detectado 2.600 firmas españolas con negocio en 172 países de todo el mundo, que han realizado más de 10.000 operaciones en el exterior en los últimos años. “El cambio que hemos dado en 10 ó 15 años es espectacular, los españoles deberían saberlo y apreciarlo” afirmaba en una reciente entrevista.
Además, Guillén sostiene que la economía está muy ligada a la psicología social. Entiende que la credibilidad está en los números, pero también en las percepciones. Esta es una cuestión importante, ya que la imagen, lejos de ser un atributo trivial, es, por definición, la percepción que se crea a través de lo que algo, o alguien, proyecta. En los últimos meses hemos comprobado duramente como este factor influye no sólo en la inversión exterior, si no que puede llegar a dictar el trazado de las políticas sociales y económicas que rigen nuestro día a día.
Frente a ello, tenemos que agradecer a estas estrellas, a las del deporte y a las de otros muchos campos, el dejar nuestra valía, una vez más, patente. Además de representarnos con honor, nos urgen a que nos proyectemos como ganadores. A que adoptemos el espíritu de crecimiento que encapsula la fuerza del posibilismo, la motivación más primaria para emprender el camino hacia nuestras metas y poder mantenernos con firmeza en el esfuerzo.
Sigamos su consejo. Empecemos por desarrollar la mentalidad de crecimiento, la seguridad de que se llega alto mediante el trabajo y el empeño. Desmarquémonos ya de la paralizante economía del miedo y ayudemos, con nuestros pequeños y grandes emprendimientos a afianzar nuestra posición en el mercado global, y por qué no, la autoestima nacional y personal. Brindemos en este año nuevo por todos aquellos que llevan nuestro estandarte con orgullo y nos animan a que nosotros también lo hagamos. Para que, como dice Nadal, seamos la luz que dicen que hemos perdido y para que los que dudan dejen de dudar. Y, sobre todo, para que recordemos que formamos parte de un país que cree en la excelencia, que es capaz de jugar en las ligas más altas y, a pesar de las dificultades, triunfar.