Ser feliz es el objetivo básico de toda vida. Una buena salud, un nivel económico suficiente para sobrevivir sin angustias y poder permitirse ciertos lujos, y el amor, tanto en forma de relaciones familiares como amistosas y sentimentales, son los componentes esenciales de esa tan anhelada felicidad. Sin embargo, el trabajo constituye una parte tan importante de nuestra vida que, en sí mismo, puede representar una fuente de felicidad o, en los peores casos, incluso de desgracia.
No tener trabajo, como le ocurre hoy en día a más de cuatro millones de españoles, es una fuente de preocupaciones y de agobios; tener un jefe o unos compañeros desconsiderados que hacen de cada jornada un infierno es motivo más que suficiente para sentirse desgraciado y deprimido.Y, por el contrario, tener un empleo con el que se disfruta, se aprende y se gana bastante dinero como para vivir holgadamente es una razón para sentirse agradecido y feliz.
Para Sergio Fernández, escritor, ‘coach’, conferenciante y «solucionador de problemas», como él mismo se define en su ‘blog’ –‘Pensamiento positivo’–, «las personas no se van de sus empresas, sino de sus jefes, como dice el dicho. Así, tener una buena relación con los compañeros, colaboradores y jefes es uno de los factores que más influyen en que una persona sea más o menos feliz en su trabajo».
Nuestra felicidad
El propio Sergio Fernández explica que «igual de importante es saber que el propósito esencial de nuestra existencia está alineado con el de la empresa, es decir, que haya unos valores en común o que, al menos, no estén enfrentados».
Adecco ha llevado a cabo un ambicioso estudio, entrevistando a 1.800 trabajadores de distintos sectores y de toda España, con el fin de averiguar quiénes son los más felices. En paralelo a este estudio, la empresa de recursos humanos ha realizado otro no menos interesante; quiénes creemos los españoles que son los más felices.
Como decíamos, los trabajadores que se declaran más felices son los artistas, investigadores, educadores y financieros. En el otro extremo, los teleoperadores, el personal de limpieza, los peones, mozos y camareros son quienes menos satisfacción sienten en su trabajo.
Margarita Álvarez, directora de Marketing y Comunicación de Adecco, lo tiene claro. «Según esta encuesta, para los españoles los tres elementos principales para ser feliz en el trabajo son: tener un buen sueldo, disfrutar y sentirte reconocido en tu trabajo y un tercero que tiene que ver con tener una buena jornada laboral y una flexibilidad horaria que te permita compatibilizar tu profesión con tu tiempo libre», dice. Merece la pena destacar que, según el estudio, el 81,2% de los españoles declara ser feliz en su trabajo.
Aceptación
Trabajar en lo que uno soñaba cuando era un niño es un logro al alcance de muy pocos. De ahí que los estudiosos de la felicidad en el ámbito laboral coincidan en que es esencial aprender a valorar el empleo y dejar de añorar el que una vez se deseó tener. Como dijo el filósofo francés Jean Paul Sartre, «felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace». En la misma línea, Sergio Fernández considera que «la felicidad es un camino que va de dentro afuera. La mayoría de la gente piensa que cuando cambien las circunstancias externas, cambiarán las de dentro, y eso es mentira».
Para evitar que esto ocurra, lo importante es «aceptar lo que uno tiene y, a partir de ahí, aprender a ser feliz». Fernández concluye diciendo que el sueldo es importante, pero en la práctica se demuestra que a partir de un nivel «higiénico», no lo es tanto como las buenas relaciones y los valores en común. «Las retribuciones emocionales aportan más felicidad que las económicas», sentencia.
Del otro estudio –en el que se analizaban las profesiones que los españoles creemos que gozan del nivel más alto de felicidad– se extrae que estamos de acuerdo con que los artistas son los profesionales más felices –el 25,57% de los encuestados así lo afirmó–, pero solo el 9,87% apuntó a los investigadores. Curiosamente, nadie señaló a continuación a educadores, financieros y biólogos, sino que la masa entrevistada optó por deportistas, funcionarios y arqueólogos.
Margarita Álvarez cree que «los encuestados consideran a los funcionarios como los profesionales más felices del mercado –solo por detrás de los artistas y futbolistas y otros deportistas– sin tener en cuenta los grandes esfuerzos y dedicación realizada para alcanzar ese puesto».Y es que «para los funcionarios, este camino no resula tan fácil y, precisamente por eso, no todos aseguran que son felices, sino solo un 78,4% de ellos», concluye Álvarez.