La diversidad generacional en la empresa es un activo de gran valor en cualquier compañía. Pero también supone un enorme reto en la gestión de las diferencias. Aunar bajo unos mismos objetivos a personas con edades, expectativas y formas distintas de vivir y trabajar no es nada sencillo. Conseguirlo dotará a la compañía de una personalidad versátil, actualizada e innovadora, que mira al futuro desde el pasado con las certezas del presente.

Ventajas de la diversidad generacional en la empresa

La empresa, al igual que la familia o el grupo de amigos, es un microsistema de la sociedad y como tal, un fiel reflejo de la misma. Por ello, las diferencias generacionales son habituales y como tal deben ponerse en valor.

Sacar el máximo partido a la potencialidad que estas relaciones tienen para hacer avanzar la empresa. El talento humano no tiene edad ni una característica personal concreta. Ese debería ser el punto de partida.

Podríamos destacar algunas ventajas que tiene la convivencia generacional en una empresa:

  • Versatilidad: el talento senior mezclado con perfiles millennials o de la Generación Z permite crear un microsistema muy rico y heterodoxo. Esto facilita una mirada ampliada y desde perspectivas distintas a una misma situación o problema. Liderazgo compartido, adaptación, flexibilidad y cambio son conceptos intrínsecos a la propia naturaleza de estos entornos.
  • Proyección: los planes de carrera suelen ser habituales en este tipo de empresas. La formación continua es un objetivo estratégico. Se potencia el crecimiento profesional desde la experiencia, apoyado en procesos de facilitación interna.
  • Creación de un rico ecosistema digital: la transversalidad de los procesos de digitalización dentro de la empresa permite afianzar la competitividad de la empresa al romper las barreras generacionales que puedan existir. Contar con generaciones que mantienen su propia relación con las tecnologías favorece ese objetivo.

Diversidad generacional en la empresa

Mentoring y Reverse Mentoring en los entornos de trabajo inclusivos

Sin duda, una de las grandes oportunidades que ofrecen los entornos inclusivos donde conviven diferentes generaciones es la formación interna. Ya sean baby boomers o miembros de la llamada Generación X, cualquier trabajador debería poner sus habilidades y conocimientos al servicio de la empresa y del resto de compañeros.

En ese sentido, el mentoring es un proceso de relación profesional unidireccional, donde una persona senior transfiere conocimientos y experiencia o tutoriza el desarrollo de otra junior o con menos experiencia. La bidireccionalidad se consigue con el Reverse Mentoring, donde personas jóvenes ponen sus capacidades tecnológicas, por poner un ejemplo, al servicio de las necesidades de los más veteranos.

Esta última herramienta, además, favorece la conexión y la igualdad entre las diferentes generaciones que cohabitan en una empresa. Además, sirve para retener talento millennial, ya que los miembros más jóvenes de la empresa desarrollan nuevos vínculos con la empresa, lo que disminuye la fuga de talento.

Por tanto, y más allá del cambio generacional que irremediablemente terminará por producirse en la empresa, la diversidad generacional debe ser un elemento de valor competitivo para cualquier empresa y como tal debe potenciarse. Los Departamentos de Recursos Humanos tienen aquí una de las tareas más importantes: convertir la diversidad generacional de la empresa en la llave para asegurar el futuro de la misma.