Ana García Siñeriz

Ana García Siñeriz, periodista

La presentadora de Matinal Cuatro, el informativo ‘madrugador’ que arranca cada día a las siete de la mañana, acaba de lanzarse al ruedo de la literatura con ‘Esas mujeres rubias’ (Planeta), una novela a la que ha dedicado dos años. Ana García Siñeriz (Oviedo, 1965) confiesa que su escritura derivó en un «proceso muy impulsivo y muy poco racional» que ha salpicado hasta a su familia. «No desconecto nunca, así que han aguantado mis rabietas cuando me quedaba bloqueada y mis entusiasmos cuando sólo quería escribir y no hacía caso a nadie».

¿Cuál fue su primer empleo remunerado?

Fue de canguro. A los 15 años empecé a cuidar a hijos de vecinos los sábados por la noche. Recuerdo que cobraba poquísimo, pero como no gastaba nada, terminé ahorrando bastante dinero.

¿El siguiente tuvo que ver con su profesión de periodista?

Sí, estaba todavía en la facultad y empecé a trabajar en una radio local de Pozuelo (Madrid). Hacía radio fórmula pero debo reconocer que no se me daba muy bien y me llevé bastantes broncas. Aunque el trabajo estaba muy mal pagado, me sirvió para coger soltura. De allí pasé a periódicos locales, porque, en el trabajo, lo importante es poner un pie, dar un primer pasito.

¿Qué expectativas tenía cuando estudiaba?

Yo estaba bastante desanimada. Veía a gente, que parecía muy espabilada, al tanto de todo, mientras que yo no me enteraba nunca de nada, no sabía adónde ir. Entonces, me parecía casi imposible llegar a trabajar en un medio decente. Me enteré de que la radio convocaba unas pruebas gracias a una amiga que trabajaba allí.

Sin embargo, podríamos decir que ha tenido suerte.

Sí. Digamos que la cosa cambió cuando empecé a trabajar en ‘Hablando claro’, un concurso de Televisión Española. Prácticamente, empecé sin tener ni idea. Ahora puedo ver el primer programa que hice, que fue horrible, casi sin sonrojarme. Todo el mundo necesita un empujoncito, y ese fue el mío. Después, tú demuestras lo que vales con tu trabajo, pero alguien te tiene que dar la oportunidad.

¿Qué representó en su carrera ‘Lo + plus’?

Si el primer empujoncito fue ‘Hablando claro’, donde me salieron los dientes fue en ‘Lo + plus’, una golosina, un programa maravilloso en el que estuve diez años y en el que hice de todo. Empecé haciendo cinco minutos de cine y acabé sentada en la mesa con Fernando Schwartz haciendo las entrevistas. No tengo palabras para describir lo que fue aquello. Era increíble entrevistar a gente de primer nivel todos los días: Pedro Almodóvar, que fue diez veces, Anthony Hopkins, Jodie Foster, el Dalai Lama, … Por allí pasó todo el mundo y, encima, nos lo pasábamos bien. Qué más puedes pedir.

Como presentadora de Matinal Cuatro, ahora le toca madrugar mucho. ¿Hasta qué punto ha trastocado el programa su rutina diaria?

La ha cambiado completamente. Ahora vivo con el horario de la India, porque me levanto a las dos y media de la madrugada y me acuesto, en teoría, a las seis y media de la tarde. Quitando esto, que es la parte más ramplona, el programa me encanta. Podemos decir que es un pequeño éxito, porque, desde que empezó, hemos ido subiendo en audiencia y ya rondamos la media de la cadena.

Maruja Torres dice que el periodismo le ha permitido vivir una vida más libre, gozar de licencias que hubieran estado mal vistas en otros círculos. ¿Lo suscribe?

Sí, el periodismo ha enriquecido mi vida personal, sobre todo porque me ha permitido conocer a personas excepcionales a las que, de otro modo, jamás hubiera podido llegar. Además, el periodismo se desarrolla en un ambiente un poco más abierto. Cuando veo a amigos a que se dedican a otras cosas, me doy cuenta de que tienen una serie de códigos a la hora de vestirse, de hablar,… que nosotros nos saltamos a la torera. Yo, así, me siento realmente mucho más cómoda.

Deduzco que volvería a elegir esta profesión.

No lo sé. Probablemente, si me dieran más vidas, cambiaría de profesión. Porque esto ya sé cómo es. Tengo curiosidad por saber cómo me hubiera ido si me hubiera dedicado al mundo de los negocios, de las ONG, al del arte, … Hay muchas cosas que me hubiera gustado probar y no me va a dar tiempo.

Etiquetas