Lo que nos pide Greta Thunberg y todo el movimiento global de jóvenes por el clima es una llamada a ponerse serios con el tema. El deterioro medioambiental se precipita con perjudiciales consecuencias ya en el presente, pero con efectos dramáticos para el futuro. Cada vez hay más personas decididas a asumir la responsabilidad en la disminución del impacto de su paso por el planeta. Quieren reducir al máximo la huella ecológica y esto puede conseguirse teniendo presente cuatro erres: Reducir, Reutilizar, Reacondicionar y Reciclar. Esta última solo debería emplearse si no hubiera más remedio. ¿Qué se puede hacer para convertir la oficina en un espacio sostenible?

Qué tiene un espacio sostenible de trabajo

Reducir el consumo de energía tiene impacto tanto en el medio ambiente como en la economía. En la medida en que utilizamos solo la energía que necesitamos, sin derrocharla, se está haciendo un ejercicio de sostenibilidad, de respeto por el medioambiente y los demás seres vivos además de ahorrar recursos económicos.  Por lo tanto, ya que se disfruta de la posibilidad de tener a mano infinidad de recursos, hagamos un uso responsable de ello.

Consumo reducido de aparatos eléctricos

Es sabido que dejar los aparatos en stand by implica un consumo totalmente innecesario. Ya existen modelos de regletas anti-stand by que apagan totalmente los aparatos cuando llevan en reposo un tiempo determinado (5 minutos, por ejemplo). Si se agrupan los aparatos electrónicos que suelan funcionar simultáneamente (router, ordenadores, cargadores) en una regleta de estas características será más cómodo que queden apagados cuando no se usan.

El empleo de temporizadores será una buena opción para desconectar los equipos durante el tiempo que la oficina esté cerrada, como por ejemplo configurar la red para que a determinada hora se desconecten.

Temperatura ecológicamente adecuada

Ni demasiado frío ni demasiado calor en la oficina. El calor o el frío excesivo en verano en espacios donde trabajan muchas personas puede ser perjudicial tanto para la salud de las personas que trabajan como para el medio ambiente. Es importante mantener una temperatura de unos 21º en verano y 24º en invierno y hacer una reflexión sobre la mejor distribución de los espacios de trabajo para que sean confortables: que el mayor número posible de personas reciban buena luz natural y colocar las fuentes de calefacción o refrigeración de forma adecuada para aprovecharlas al máximo y evitar multiplicar el gasto energético.

Reciclar para reducir el impacto ambiental

Alargar la vida útil de los dispositivos electrónicos

Quizás en la oficina se necesita que PCs, portátiles y tabletas tengan un rendimiento determinado pero, una vez dejan de tenerlo, pueden ser empleados para otros usos si se arreglan convenientemente. Reacondiciona y dona los equipos para alargar su vida útil.

Digitalizar documentos

El uso del papel se ha reducido considerablemente pero todavía se podría hacer más. La firma digital, las validaciones online, permiten que sean muy pocos los documentos que necesitan tener soporte en papel. Nóminas, solicitudes, contratos, digitalizar informes y documentación para que pueden leerse en tablets…. Son muchas las aplicaciones que permiten anotar en los documentos. Prescindir por completo del papel en la oficina ya es posible. Si no quedara más remedio, el papel reciclado sería la mejor alternativa.

Cómo convertir la oficina en un espacio sostenible

La hora ecológica del bocadillo

La sostenibilidad solo es posible si se produce un cambio en los hábitos de consumo. En las oficinas es muy común que los productos que se consumen se presenten de forma individualizada. Cápsulas de café, té e infusiones de un solo uso, alimentos de una sola ración, que conllevan un empaquetado individual que supone un uso excesivo de plástico. Esto puede evitarse si se ponen jarras de café con un solo filtro acompañados de vasos de cristal y cucharillas metálicas. Disponer fruteros con piezas sin envolver o alimentos con un empaquetado que incluya más cantidad de producto para que se pueda usar colectivamente. E idear sistemas en el que compartir productos no suponga que se esté restando calidad ni frescura a los productos. Es fundamental concienciar sobre el uso compartido e integrar sistemas alternativos para optimizar la conservación de los alimentos para un siguiente uso.

Beber agua del grifo. Quizás no se puede beber agua del grifo en todos los lugares porque su tratamiento deja un sabor poco agradable. En los que esto no es posible, existen sistemas tanto de potabilización del agua como bidones de agua con grifo para evitar el envasado del líquido en recipientes individuales.

En los sitios donde el agua del grifo es buena, utilizar botellas de cristal o acero inoxidable para rellenarlos con agua corriente reducirá considerablemente el impacto medioambiental en la oficina.

Ser respetuoso “in itinere”

Llegar a la oficina de forma sostenible también es tendencia. Síguela. Las ciudades se llenan de personas que acuden a su puesto de trabajo en bicicleta, patín, en transporte público o que se apuntan a la moda del carsharing, para un uso óptimo del coche. Proporciona un beneficio múltiple: contribuye a la cuota de ejercicio diario, se ahorra dinero y se reduce la emisión de CO2 a la atmósfera. Y siguiendo con la movilidad sostenible, valora contratar los servicios de mensajería en bicicleta o moto eléctrica.

Los hábitos se cambian sensibilizando para hacerlo en modo positivo. Haz llegar mensajes sobre los beneficios ecológicos que se están obteniendo con cada acción, premia actitudes o iniciativas encaminadas a reducir la huella ecológica en la oficina. De esta forma estarás contribuyendo a la sostenibilidad del planeta y los seres que vivimos en él, para dejar un legado digno a las generaciones futuras.