Que una empresa permita un ambiente tóxico puede afectar a la salud de sus trabajadores, además de otras cuestiones como la productividad, la atracción de talento o la propia rentabilidad. Lo ideal es prevenir, pero si ya estás en este contexto prueba a visibilizar el conflicto, generar team building, analizar el ecosistema con reuniones one to one y facilitar la conciliación y el derecho a la desconexión.

Riesgos de mantener un ambiente tóxico

Son demasiadas horas las que una persona pasa trabajando como para soportarlo en un ambiente tóxico. Mejorar el clima laboral es la condición principal para construir una plantilla satisfecha y, por tanto, consolidarla. De hecho, este es uno de los aspectos más valorados por los trabajadores, junto con el salario y las posibilidades de progresar dentro de la empresa. Entre los riesgos más habituales a los que te enfrentas con un ambiente tóxico caben destacar los siguientes:

  • Dificultad para cohesionar y consolidar el equipo. Por tanto, dificultad para atraer y retener el talento cualificado.
  • Limitaciones para el crecimiento. Si te pasas el día apagando fuegos internos tanto por conflictos internos en la plantilla como los derivados por un índice alto de rotación, no vas a tener tiempo material para desarrollar estrategias que te permitan progresar como proyecto.
  • Las empresas que no recompensan a sus equipos o no ponen en valor las fortalezas de sus miembros tienen un mayor riesgo de sufrir bajas laborales, aumentar la rotación o bajar su productividad. Un reciente estudio publicado en la revista British Medical Journal encuentra una relación directa entre el ambiente tóxico y una deficiente gestión de los recursos humanos.

5 ideas para revertir esta situación

Lo ideal siempre, como en todas las áreas relacionadas con la salud, es prevenir. Sin embargo, los ritmos vertiginosos del ámbito laboral a veces aplazan lo importante para atender lo urgente. Por eso, si ya te encuentras en la situación de haber detectado un ambiente tóxico, estas ideas pueden ayudarte a mejorarlo o incluso a corregirlo:

  • Visibiliza el conflicto: tener miedo a nombrar y a hablar de las fuentes problemáticas, ya sean situaciones o perfiles concretos, es habitual. Sin embargo, el primer paso para deshacer un nudo en las relaciones humanas es sacarlo a la luz, de manera transparente y respetuosa.
  • Genera espacios de team building: funciona, no lo dudes. Los seres humanos son zoon politikón, es decir, necesitan los vínculos. Facilitando otras dinámicas se quiebran los malestares que fundamentan el mal clima laboral.
  • Establece reuniones one to one para conocer exactamente el contexto y la perspectiva de cada miembro del equipo. Gestionar grupos pasa por ejercer una labor de mediación y coordinación que te coloca como nodo de los flujos internos del ecosistema.
  • Concilia y empatiza: procura ofrecer jornadas híbridas o en remoto para quienes lo necesiten. Convierte el espacio físico en un lugar amable, sin lugares recónditos, accesible y con buena iluminación.
  • Garantiza el derecho a la desconexión: el síndrome del burnout ha crecido considerablemente desde la pandemia. Contar con personal quemado es el caldo de cultivo perfecto para que estalle un ambiente tóxico.