Contratar becarios puede tener sus ventajas, pero también sus inconvenientes. Para potenciar las primeras y reducir el impacto de los contras es básico respetar la legalidad, incluido el próximo Estatuto del Becario. Contar con tutores y rentabilizar la creatividad de estos perfiles puede mejorar la resiliencia de la compañía, pero hay que conocer las ventajas e inconvenientes de esta fórmula, además de saber elegir bien.

Ventajas de contratar becarios

Cada día hay más jóvenes dispuestos a adquirir su primera experiencia laboral como becario. Y las empresas poco a poco van perdiendo el miedo a contratar jóvenes inexpertos para formarlos. Entre las ventajas que puede suponer para la empresa contratar becarios, cabe señalar estos cinco puntos principales:

  • Tienen motivación y entusiasmo para dedicarse al desempeño de sus tareas, al ser una persona que está combinando los estudios con el trabajo.
  • Supone una oportunidad para captar y retener talento cualificado. En ocasiones es difícil localizar algunos perfiles en el mercado laboral. Así contarás con una base de candidatos con conocimientos en la compañía, para cuando necesites cubrir las vacantes.
  • Está libre de prejuicios, más allá de la reciente formación académica. Al no contar con experiencia laboral, evitas tener que reeducar posibles malas prácticas en el trabajo.
  • Los estudiantes con una beca ganan en prácticas profesionales y prácticas curriculares. Estas suponen un ahorro en formación para la empresa en la siguiente contratación.
  • Aportan creatividad e innovación, precisamente por no tener un rendimiento viciado. Cuentan con mayor adaptabilidad al cambio, la cual es una de las habilidades blandas más buscadas hoy día.

Inconvenientes de contratar becarios

En primer lugar, es importante que sepas diferencias entre becarios de prácticas, y estudiantes con contratos de prácticas. Las becas de prácticas están dirigidas a jóvenes que están estudiando, mientras que en los contratos de prácticas la empresa estable una relación laboral con los estudiantes que, tras finalizar sus estudios, firman un contrato para un primer empleo.

Una de las principales diferencias entre la condición del becario y la de una persona con contrato en prácticas, es que los becarios deben compaginar sus estudios con el trabajo. Así pues, esta será la mayor desventaja de cara a la empresa, pues es imperativo legal conciliar sus horas de trabajo con su agenda de estudiante.

Otros inconvenientes de contratar becarios pueden ser también:

  • La falta de experiencia puede jugar en contra, no tanto por las hard skill, cuanto por los tiempos de reacción o la capacidad de gestión emocional. Por otra parte, contar con años de trayectoria profesional no es garantía en este sentido.
  • Su inseguridad o falta de confianza en sí mismos puede ser una debilidad. Pero está en la mano del departamento de recursos humanos la posibilidad de afirmar su identidad y usar técnicas de motivación para comprometerlo con la empresa.
  • Implica una inversión en capital humano, en la medida en que el alto índice de rotación y la temporalidad de estas figuras exige formación continua.

Sobre el futuro Estatuto del Becario

Los tiempos cambian y cada vez es menos valorada una formación o experiencia extensa. Muchas empresas quieren moldear a su plantilla dentro de su cultura corporativa. Esta tendencia está haciendo que cambie la consideración de becario. De hecho, cada vez está más extendida la figura del trainee. Este perfil aprende y define sus habilidades y competencias, mientras que contribuye y aporta valor en la empresa.

Aunque nunca es fácil entrar en el mundo laboral, se va viendo que esta relación es un win-win. Gana la empresa y gana el becario. Siempre que se respeten ciertas condiciones por ambas partes.

La legalidad vigente es el Real Decreto de 2014, pero se espera que en breve ya está puesto en marcha el nuevo Estatuto del Becario. Según esta propuesta, los becarios tendrán los mismos derechos de los trabajadores, como disfrutar de vacaciones y cobro de desplazamientos. También se limitará el número de becarios, que no podrá exceder el 20% de la plantilla. Además, los horarios de trabajo deben ser limitados y contar con un tutor.