Durante siglos, la institución universitaria ha vivido, en gran medida, ajena a la sociedad. En su «torre de marfil» se «cocinaba» el saber a fuego lento y solo podían acceder a él unos pocos privilegiados. Pero las cosas han cambiado en el siglo XXI. A la universidad se le exige una responsabilidad en el avance de las sociedades y, sobre todo a raíz de la crisis económica.

Ahora se pide que lidere un nuevo modelo productivo, basado en el conocimiento, en la investigación y el desarrollo. Esto ha provocado que la universidad derribe sus muros y haya empezado a estrechar los lazos con la empresa y con otras instituciones.

Sin embargo, esta relación puede traer tensiones. Desde hace algunos años, la relación entre la empresa y la universidad ha sido vista por algunos como una mercantilización del conocimiento. Lo refleja muy bien José Andrés Sánchez Pedroche, Rector de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA ): «Por lo general, en la educación superior, la polémica sigue oscilando entre el desarrollo de la racionalidad instrumental que hace posible la consecución de los bienes de eficiencia y el enriquecimiento interior que constituye la tensión hacia los bienes de excelencia. Todas las guerras se siguen librando, de una forma u otra, en este campo de batalla».

Sánchez Pedroche pone de ejemplo el proceso de Bolonia, uno de los cambios más profundos en el sistema universitario europeo desde hace siglos. Desde su punto de vista, el Espacio Europeo de Educación Superior supone «la plasmación más gráfica de esta tensión larvada que pretende relanzar la educación superior europea, adormecida y decadente al servicio del fin al que siempre aspira la Universidad: la formación de personas cultas a la altura de su tiempo que lideren y gestionen el porvenir».

La Estrategia Universidad 2015 es uno de los instrumentos que el Gobierno de España ha puesto en marcha para organizar este acercamiento entre universidad y empresa, con el fin de modernizar el sistema de educación superior. La iniciativa, impulsada inicialmente en 2008 por el Ministerio de Ciencia e Innovación (MICINN ), está hoy pilotada por el Ministerio de Educación a través de la Secretaría General de Universidades, con el apoyo de las correspondientes consejerías de las Comunidades Autónomas, así como de las propias universidades.

Campus de excelencia

Precisamente el programa Campus de Excelencia Internacional se encuadra dentro de la Estrategia Universidad 2015. Su objetivo es, según el Ministerio de Educación, «promover agregaciones estratégicas entre universidades y otras instituciones ubicadas en los campus con el fin de crear ‘ecosistemas de conocimiento’ que favorezcan el empleo, la cohesión social y el desarrollo económico territorial».

La de 2010 ha sido la tercera convocatoria del programa Campus de Excelencia Internacional. Algunos de los proyectos seleccionados han sido Andalucía TEC H, Campus ENERGÍA UPC , CAMP S IBERUS, Campus UPFIcària Internacional, CEI Montegancedo I2Tech y EUSKAMP US. Una Universidad, un País, un Campus.

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