Sentir timidez o estar cohibido o nervioso de vez en cuando es normal y habitual para cualquier tipo de persona. No obstante, la ansiedad social va mucho más allá, y es un trastorno que puede llegar a tener un gran impacto en el día a día de los individuos que la padecen. Así, algunas personas se ven en la complicada situación de tener que trabajar con fobia social, lo cual les supone un gran reto. 

Como miembro del departamento de Recursos Humanos, tienes la responsabilidad de poner de tu parte para ayudar a este tipo de perfiles en tu empresa. A continuación, te contamos todo lo que necesitas saber al respecto.

¿Qué es la fobia social?

Las fobias son reacciones de defensa ante situaciones que, en realidad, no son peligrosas. De esta forma, las personas que las padecen llegan a experimentar las sensaciones reales que se sufren cuando se está ante un verdadero riesgo. Así, aparecen síntomas tales como dificultad para respirar, pulso acelerado o sudoración excesiva, entre otros. En el caso concreto de la fobia social, estas reacciones se dan ante situaciones en las que el individuo se ve obligado a relacionarse con la gente. En estas circunstancias, se siente paralizado y es incapaz de interactuar con los demás con normalidad.

Trabajar con fobia social: ¿cómo puedes ayudar en estos casos?

¿Qué ocurre cuando un empleado tiene fobia social?

Las personas que padecen fobia social solo se sienten cómodas interactuando con la gente más cercana a ellos como, por ejemplo, la familia o algún amigo. Sin embargo, el hecho de interactuar con compañeros de trabajo o verse obligados a relacionarse de cara al público, puede producirles crisis de ansiedad e incluso depresiones.

La fobia social hace que la persona afectada visualice constantemente situaciones negativas y tenga un mal concepto de sí mismo, así como un gran sentimiento de culpabilidad. Por eso, si un empleado de tu empresa tiene fobia social, experimentará situaciones de mucho estrés y tendrá el doble de posibilidades de caer en el absentismo laboral o de acabar necesitando una baja.

Además, aunque se trate de una persona con una gran capacidad profesional, puede llegar a ser menos productiva y a tener problemas con sus compañeros, ya que no todo el mundo está correctamente concienciado y sensibilizado con este tipo de trastornos.

¿Cómo puedes ayudar a un trabajador con fobia social?

El empleado con fobia social se siente decepcionado consigo mismo cada día que pasa en el trabajo. Además, cree que su situación hace que se le escapen buenas oportunidades y teme causar una mala impresión. Por otro lado, siente auténtico terror a verse envuelto en situaciones que impliquen interactuar demasiado con los demás.

Por eso, es conveniente que estés pendiente y que trates de evitar que se vea forzado a estar en grupos grandes. Asimismo, es importante que le hables siempre de tú a tú (nunca en público) y que vayas, poco a poco, ayudándole a incrementar su confianza en sí mismo, así como su autoconcepto y su autoestima. De este modo, será mucho más fácil que vaya sacando fuerzas para relacionarse con los demás.

Asimismo, siempre es conveniente que organices talleres y charlas de concienciación que permitan a los empleados conocer la realidad de los diferentes trastornos psicológicos para que, de esta manera, puedan estar concienciados y sensibilizados acerca de ellos y traten a los compañeros que los padecen con la empatía que se merecen.

Como ves, trabajar con fobia social es complicado. Por eso, desde el departamento de Recursos Humanos conviene que prestes toda tu ayuda a este tipo de perfiles para que no sufran innecesariamente y puedan rendir bien y sentirse orgullosos de su desempeño.