Plan de incentivos: beneficios y consejos para ponerlo en práctica

Todo lo que debes saber sobre el plan de incentivos

Disponer de un buen plan de incentivos hará que tus empleados se encuentren más cómodos en su trabajo, estén más motivados y, como consecuencia, mejoren su productividad. Si eres miembro del departamento de Recursos Humanos te interesa conocer más acerca de esta indispensable herramienta.

¿Qué es un plan de incentivos?

Un plan de incentivos es un programa que ofrece una organización empresarial a uno o más trabajadores con la finalidad de estimular el desempeño de su actividad laboral y aumentar la producción.

Estos planes son, por tanto, beneficiosos tanto para los trabajadores como para las empresas. He aquí algunas de las ventajas que aportan:

Pasos para elaborar un plan de incentivos

Para elaborar un plan de incentivos, es necesario seguir cuatro pasos muy sencillos:

  1. Identificar objetivos: Definir qué se quiere conseguir con este incentivo. Hay que detallar metas trimestrales, semestrales o anuales.
  2. Encuestar empleados: Es necesario sondear a los trabajadores mediante una encuesta para conocer su grado de satisfacción con la empresa y para saber cuáles son sus motivaciones y expectativas.
  3. Diseñar el plan: Para que el plan sea eficaz y ecuánime hay que tener en cuenta los objetivos empresariales y los resultados de las encuestas. Se pueden optar por incentivos económicos o por medidas más relacionadas con el salario emocional.
  4. Publicar objetivos: Una vez diseñado y depurado el plan, se debe enviar una circular a los trabajadores para que dispongan de toda la información y puedan resolver sus dudas.

Aspectos a tener en cuenta a la hora de elaborar un plan de incentivos

Si estás decidido a elaborar un plan de incentivos, debes conocer bien tanto a tu empresa como a tus empleados para conseguir un equilibrio entre los intereses de la compañía y los de los trabajadores. A la hora de decidir cuáles son los mejores incentivos laborales tienes que tener claro que hay dos tipos diferentes: los no económicos y los económicos. Los primeros tienen más que ver con la incentivación del ocio, del tiempo libre y de la conciliación de la vida laboral y familiar, mientras que los segundos están ligados al sueldo, las primas o los planes de préstamo, por ejemplo. Es importante que no te dejes llevar por la impresión, en muchas ocasiones errónea, de que lo que más valoran los empleados es el dinero. Es obvio que se trata de un incentivo que genera una gran motivación pero, para mucha gente, no es el aspecto más valorado. Por eso, tu obligación es tener siempre un contacto estrecho con todos los miembros de tu plantilla para estar al tanto de sus necesidades. Ten en cuenta además que, dependiendo del momento en el que se encuentren en su vida personal, pueden dar más peso a unas cuestiones o a otras. De este modo, si te preocupas por conocer su situación podrás motivarlos más fácilmente al ofrecerles exactamente lo que necesitan en cada período.

Ahora ya sabes todas las ventajas que tiene apostar por un plan de incentivos y cómo puedes desarrollarlo fácilmente. No dudes en poner esto en práctica en tu empresa, ¡reportará beneficios a tu compañía!

Artículos populares

¡SÍGUENOS!

Salir de la versión móvil
Salir de la versión móvil