Se puede contar con una plantilla motivada si introducimos ciertas mejoras en la dinámica de la empresa. Una de ellas son las retribuciones no dinerarias. Si diseñamos un plan que incluya algunas de las propuestas que recogemos en este post, se puede conseguir que los empleados se sientan orgullosos de pertenecer a la empresa. Tan importante es fidelizar a los clientes como lograr la fidelidad de los trabajadores.
Quizá no se pueden ofrecer sueldos tan altos como los de otras empresas de la competencia, pero no por ello hay que resignarse a la migración paulatina de empleados cualificados. Las retribuciones no dinerarias también suponen un gasto, pero es más asumible y se consigue mayor estabilidad.
A gusto en el lugar de trabajo
Siempre que sea posible, hay que renovar herramientas y equipos, e intentar integrar los últimos avances. Por lo general, supone un gasto considerable; sin embargo, hay maneras de actualizarse sin gastar apenas nada, instalando por ejemplo software gratuito. Hay multitud de herramientas que agilizan las tareas diarias y eso es algo que los trabajadores agradecen.
Dar tickets de restaurante, de transporte o de guardería son beneficios sociales muy apreciados también a la hora de negociar un sueldo y mejorarán la asistencia al lugar de trabajo.
Hay medidas mucho más sencillas, como instaurar un día a la semana para que los trabajadores puedan asistir a su puesto vestidos de manera informal.
Reforzar vínculos entre los trabajadores
Las reuniones anuales, los encuentros programados y las jornadas de ocio son momentos en los que la plantilla se reúne y participa en una actividad distinta al cometido del día a día. Se da la posibilidad de establecer relaciones simétricas y de conocer algo más sobre las personas a las que se saluda mecánicamente todos los días.
Familia y salud
Estar pendiente de la vida de los empleados fuera del trabajo es siempre un punto a favor de la empresa.
Los planes de salud, los planes de jubilación anticipada o incluso algo tan sencillo como tener un detalle en fechas señaladas, como el nacimiento de un hijo, son consideraciones que se tienen muy en cuenta.
Recompensas por el trabajo bien hecho
Los trabajadores deben hacer bien su trabajo, ¿qué hay de incompatible con premiarlos cuando esta labor es destacable?
Organizar un sistema de recompensas con premios, como noches de hotel, entradas de cine o de espectáculos, cenas… es una buena forma de promover una competitividad sana. Para que sea eficaz, este sistema debe ser justo y evitar favoritismos. Además deben ponerse metas alcanzables, si no pierde toda su eficacia.
El tiempo es oro
Hablamos de ir más allá de respetar los derechos de los trabajadores. Una empresa se puede identificar como ejemplar si permite cierta flexibilidad de horarios y el teletrabajo, siempre que sea posible.
También se aprecian mucho las jornadas de verano y el poder disponer de una flexibilidad y una buena organización del calendario de vacaciones, programado con suficiente antelación como para poder hacer planes.
Capacitación y formación
Dar formación no solo repercute en la productividad de la empresa por el hecho de tener una plantilla capacitada, además refuerza el vínculo del trabajador con la empresa porque considera que ha intervenido en mejorar su perfil. Siempre que las horas de formación se encuentren dentro del horario de trabajo, será bien recibida la formación complementaria, mucho más si se consigue una certificación profesional.