El pago que se hace a un empleado no solo consiste en la retribución monetaria que se realiza al final de cada mes. Para determinadas posiciones, sobre todo puestos ejecutivos, existen otro tipo de remuneraciones e incentivos que están en función de la marcha de la compañía y que pretenden incentivar a través del logro de objetivos las tareas de dirección. Uno de los principales son los incentivos a largo plazo.

¿En qué consisten los incentivos a largo plazo?

A través de este tipo de incentivos las empresas pretenden fidelizar a aquellas posiciones más relevantes para que los buenos resultados de la empresa repercutan directamente en incrementos de la retribución de los altos cargos. En la medida en la que se consiguen determinados objetivos se reciben participaciones en los beneficios. Esto conlleva un diseño específico de planes de incentivos a largo plazo que resultan de gran complejidad para que resulten realmente atractivos.

La idea es que estos incentivos se materialicen en el largo plazo para conseguir fidelizar a los ejecutivos en un periodo de tiempo suficiente para que puedan desarrollar su estrategia.

¿En qué consisten los incentivos a largo plazo?

Qué tipo de incentivos a largo plazo existen

El tipo de incentivos a largo plazo más común tienen que ver con los beneficios de la empresa. Los más habituales suelen ser participaciones en las acciones de la empresa. Por ejemplo, las stock options. Este tipo de incentivo ofrece acciones de la empresa a los puestos ejecutivos a un precio fijado con anterioridad y que suele ser menor que el precio de la acción en el mercado. La idea es que las ganancias a través de acciones serán mayores cuanto más crezca el valor de la compañía en el mercado por lo que se consigue incentivar el largo plazo.

Otro tipo de estímulos son las recompensas sobre un porcentaje fijo de los beneficios que obtiene la empresa en un periodo de tiempo extenso. Por ejemplo, entre tres y cinco años. En este caso la ventaja del pago de beneficios sobre un periodo más corto es que los impuestos sobre estas cantidades son menores cuanto más se dilaten en el tiempo.

Los bonos en efectivo es otra de las formas recurrentes de premiar a los ejecutivos. Se trata de cantidades que se pagan una vez finaliza el plan de incentivos. Las fluctuaciones de la compañía conseguirán que estos bonos sean más estables cuanto mayor es el periodo de tiempo que abarque.

Ventajas y objeciones

Las compensaciones extra sobre el salario que recibe la dirección y el resto de altos cargos tienen su razón de ser en la oportunidad que ofrecen para participar de la riqueza que genera una empresa. Vincular los logros individuales a los objetivos de crecimiento y desarrollo que persigue la empresa será atractivo para estas posiciones.

Hacerlo en periodos plurianuales en vez de en tiempos más cortos como un año, por ejemplo, consigue fidelizar a este tipo de empleados puesto que las recompensas son mayores.

Por otro lado, algunos estudios afirman que no siempre resultan incentivadores ya que las condiciones para conseguir estas primas pueden ser excesivamente complejas y provocar un efecto perverso al hacer que quienes los reciben estén más centrados en obtenerlos que en lograr los avances de la compañía. También puede ocurrir que se tenga una percepción de inalcanzables por lo que se terminan descartando.