Por Óscar Sánchez, autor de ‘Retirarse a los 40’
Conferenciante de Thinking Heads

Muchos de los lectores, afectados por el riesgo de ir al paro por esta crisis económica, entran en una fase personal de inestabilidad, inseguridad y, para decirlo claro, de depresión laboral. No entienden por qué tienen que ser precisamente ellos los que deban pagar los desmanes del capitalismo mal gestionado por unos cuantos.

Nuestro mensaje a todos ellos es que, posiblemente, no está tan mal eso de pasar un tiempo fuera del mercado. No se van a perder nada, con lo cual podrían plantearse esconderse un tiempo, dedicarse por una temporada a ellos mismos y, luego, volver frescos y llenos de retos, proyectos y un montón de energía. Después de ese paréntesis, seguro que algunos de ellos se convertirán en emprendedores.

Tendemos a tomar las cosas que nos vienen como dadas, sin llegar a reflexionar si lo que nos ocurre puede ser bueno o no. Se dice, en el actual contexto social, que llegar al paro es algo negativo. Nos lo repiten los medios de comunicación constantemente, presentando noticias de largas colas de desempleados en el INEM como si se fueran al fin del mundo o a un lugar donde nadie los va a querer.

Está claro que quedarse en paro es un auténtico drama, pero, para muchos, podría ser también una oportunidad.

Estamos empeñados en que tenemos que salir un viernes de un trabajo y empezar el siguiente lunes con la nueva actividad laboral. Desde que empezamos con nuestro primer trabajo ya no paramos hasta los 65 años (bueno, ahora quieren que sea hasta los 67 años). Y en todo este tiempo, no nos dedicamos lo suficiente a reflexionar sobre nuestra vida y nuestros actos. Las vacaciones no dan para tanto. Y ya no digo simplemente para disfrutar, es decir, para dedicar todo el tiempo libre a nuestro ocio. Parece que está mal visto, sobretodo desde el entorno familiar.

Tenemos que superar dicho sentimiento de culpa por no estar alineados con la sociedad. Y una solución a esto podría ser tomarse un año sabático. Los que lo han hecho han llegado a la conclusión de que volverían a hacerlo si dispusieran de la oportunidad. Es el caso de Miguel y Juan, que estuvieron un año cada uno alejados de su estresante actividad laboral y recuerdan ese período de su vida como algo mágico y único.

Si te vas a quedar en paro, podría ser tu oportunidad. Piensa que no te perderás grandes novedades en el entorno laboral. Seguirá todo como lo has dejado. Y, encima, te ahorrarás tener que sufrir los pocos, pero tormentosos procesos de selección que hay ahora. Al no haber ofertas de trabajo, las pocas son de menos retribución y de menor calidad funcional y profesional.

Tómate una año sabático y disfruta de ti. Si puedes y si no estás ‘muy pillado’ con tus cargas financieras, será posiblemente la mejor de las decisiones que puedas tomar en estos momentos.

Además, este período te servirá para reflexionar y, al final de ese camino, ya verás como te haces más emprendedor. Cuanto más tiempo estés fuera del sistema, más ganas de emprender tendrás y ‘montarte’ por tu propia cuenta.