Networking profesional: la tarjeta de visita ya es historia

En la era de Internet, el mundo es tan pequeño como una aldea. Podemos ponernos en  contacto con cualquier persona del planeta con sólo una conexión a la Red y, desde el punto de vista de la compañía, llegar, vía «online», a miles de millones de potenciales clientes y establecer contactos comerciales con un tejido empresarial mucho más grande que el del área de  influencia inmediato de nuestro negocio. En este panorama, las relaciones sociales y laborales han cambiado radicalmente.

El mundo es Internet y saber comunicar y crear una identidad propia en la Red es tan importante como la imagen corporativa del mundo real. La frase ya está muy manoseada, pero no por ello deja de ser cierta: quien no está en la Red, no existe. «Es un escaparate 24 horas, 7 días a la semana, 365 días al año», afirma Antoni Porras, Director de APS NetworKING Consultoría Social Media & Networking  y autor del libro «Net… qué? Networking para todos», editado por el Centro de Estudios Financieros.

El networking, sobre todo a nivel profesional, engloba el mundo virtual y el mundo real. Desde el punto de vista «online», implica la creación de una identidad digital, es decir, de la fabricación de la imagen que queremos transmitir. Esto se refleja, por ejemplo, en qué redes sociales queremos que se nos conozca y, por ello, en cuáles vamos a crear un perfil con la  información que queremos transmitir. Desde el punto de vista «offline» –fuera  de la Red-, el networking se refiere a las relaciones que creamos en el mundo real, por ejemplo, asistiendo a eventos especializados o a los  congresos que nos interesen.

Pero en un mundo tan complejo y con relaciones en tantas direcciones, ¿qué criterios debemos seguir para comunicar con eficacia en la Red? Antoni Porras ofrece varias ideas para que nuestro mensaje personal o empresarial llegue a buen puerto. En primer lugar, es necesario ser muy precisos en el mensaje mismo. «Tenemos que aprender a comprimir. El mensaje ha cambiado. Antes  podíamos escribir un correo electrónico que ocupaba tres páginas, pero esto ha pasado a la historia», asegura. Además, debemos remarcar nuestros puntos fuertes, qué beneficios aportamos,  teniendo en cuenta que la competencia es amplia y feroz; qué hacemos, qué es lo que nos desmarca de los demás. También hay que ser auténticos y genuinos y es muy útil crear un eslogan, un mensaje que tenga impacto. Y, por supuesto, estar bien posicionados en los buscadores. «Es importante buscarse 5 ‘keywords’, 5 palabras clave. Esto es importante, ya que en los buscadores encontramos  lo que andamos buscando mediante palabras. Cuanto mejor estemos posicionados, más oportunidades de negocio tendremos», insiste Porras.

El Networking plan

Saber comunicar bien lo que nuestra empresa, o nosotros mismos,  ofrecemos es sólo una parte de la estrategia, del Networking plan. Es necesario preguntarse dónde estamos, dónde queremos estar, cuáles son nuestros objetivos y qué propósitos tenemos a corto, medio y largo plazo.  Sólo así sabremos qué estrategia debemos seguir. A la hora de crear nuestro Networking plan, debemos saber qué cantidad de tiempo le vamos a dedicar, porque llevar una estrategia por el buen camino necesita dedicación.

Después, según Porras, es imprescindible seleccionar las herramientas que vamos a utilizar. Por ejemplo, a qué tipo de red social o profesional vamos a pertenecer. Existen redes horizontales, generalistas, como Facebook, pero cada vez hay más redes sociales especializadas, sobre todo dirigidas a usuarios profesionales. «Cada vez se va a tender más hacia el networking vertical. Se trata de verticalización por intereses», afirma Porras. Un ejemplo de esta última sería MySpace, muy utilizada en el mundo de la música.

En el Networking plan también es muy importante la parte «offline», es decir, las relaciones que creamos en el mundo real. Porras recomienda seleccionar muy bien los eventos, congresos o conferencias a las que vamos a asistir. No debemos ir a todos, sino a los que nos interesan y más se adaptan a nuestra estrategia. Una vez allí, lo ideal es presentarse al organizador y es muy útil entregarle nuestra tarjeta de visita, en la que ya se incluye nuestra cuenta de Twitter o nuestro perfil de Facebook.

Por último, debemos marcarnos unas pautas a la hora de gestionar nuestra red y ser selectivos con los contactos. «¿Tengo que aceptar a todo el mundo? No. ¿Tengo que ignorar a gente? Pues sí. Tú tienes un plan, tienes una estrategia», afirma Porras.

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