Cada vez son más los españoles que optan por buscar una oportunidad profesional fuera de nuestras fronteras. Las cifras no mienten: el número de demandantes de empleo para trabajar fuera de nuestro país se ha duplicado en los últimos dos años, coincidiendo de lleno con la recesión económica que atraviesa nuestro país, según datos del Departamento de Movilidad Internacional del Grupo Adecco.

Estas cifras sorprenden aún más si tenemos en cuenta que los españoles no han sido tradicionalmente muy propensos a la movilidad geográfica. Sin embargo, este hecho ha dado un giro radical en tan sólo dos años ya que, a día de hoy,  un 50% dejaría España por un sueldo igual o, incluso, menor que el que recibe en casa.

Las cifras demográficas oficiales también parecen corroborar esta tendencia: desde el mes de abril de 2008 hasta el pasado mes de abril de 2010, el número de españoles residentes en el extranjero se ha incrementado en 118.145 personas, según los datos del Censo Electoral de Españoles Residentes en el Extranjero (CERA).

Por Comunidades Autónomas, Canarias, Baleares y La Rioja son las que han experimentado un mayor incremento de expatriados a otros países, mientras que Castilla – La Mancha, Ceuta y Extremadura, figurarían como las que menos fuga de trabajadores ha registrado.

Hombre joven y altamente cualificado

En líneas generales, según el Departamento de Movilidad Internacional del Grupo Adecco, las personas que se sienten más atraídas por la idea de trabajar en el extranjero responden a un perfil claro: fundamentalmente hombres, cuyas prioridades laborales son la responsabilidad de su puesto, la autonomía profesional y la perspectiva de hacer carrera en la compañía en cuestión.

Estas motivaciones difieren si hablamos de la población femenina. Por lo general, ellas buscan un buen ambiente laboral y flexibilidad de horarios, éste último un dato muy clarificador teniendo en cuenta que las políticas de conciliación familiar en gran parte de Europa tienen mayor peso que en España.

En cualquier caso, e independientemente de sus motivaciones personales, tanto hombres como mujeres coinciden en que se trata de una oportunidad idónea de aprender un idioma o vivir una experiencia diferente en otro país.

En lo que a edad se refiere, los datos perfilan a un joven cuya edad oscila entre los 25 y los 35 años y que aún no posee responsabilidades familiares. Generalmente cuenta con una formación altamente cualificada, que responde a lo que los sociólogos denominan «emigración selectiva» o «fuga de cerebros».

Los sectores más demandados para trabajar en el extranjero también se han visto alterados como consecuencia de la coyuntura económica. Previamente a la crisis los puestos de trabajo que más cubrían los españoles en el extranjero estaban relacionados con la investigación, la medicina y la biología. En la actualidad, esta lista se ha ampliado considerablemente e incluye a ingenieros, arquitectos e informáticos, que ha perdido su empleo o consideran que su trabajo será más valorado fuera de España.

Los destinos más atractivos

Tradicionalmente, los países más buscados han sido Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Italia, Alemania y Portugal. Actualmente, sin embargo,  el único que sigue en aumento se solicitudes es Portugal, motivado principalmente por la proximidad geográfica y por albergar a un importante colectivo de médicos y enfermeros de nuestro país. Los países escandinavos, sobre todo Noruega y Suecia, empiezan a despertar mayor interés entre los candidatos a la hora de encontrar una nueva alternativa profesional.

Por su parte es también reseñable el caso de los licenciados españoles procedentes del área de ciencias sociales cuyos movimientos se intensifican hacia estados en vías en desarrollo, con gran protagonismo de América Latina.

Fuga de talento, ¿peligro u oportunidad?

Uno de los aspectos que no podemos obviar es que la pérdida de competitividad de determinados sectores, a causa de la crisis, ha alimentado la predisposición de las personas mejor formadas a salir al extranjero. Gran parte de estos profesionales considera relevante para aceptar una oferta laboral que la empresa le ofrezca la oportunidad de adquirir experiencia en un país diferente a España.

La fuga de talento también ha venido propiciada por otra cuestión clave: las empresas españolas se focalizan cada vez más en mercados con mayor potencial de crecimiento. Una tendencia que queda patente en la actividad de las empresas del Ibex 35, que ya generan más del 50% de su negocio fuera de España.

Todo ello, a corto plazo, puede considerarse  un peligro para el propio desarrollo del mercado laboral español, ya que puede perder el potencial de algunos profesionales que pueden aportar conocimiento, entusiasmo y experiencia.

No obstante, y desde un prisma más positivo, estas personas que optan por una oportunidad laboral en el extranjero volverán a España acompañados de una mayor madurez profesional. Sin duda, traerán entre el equipaje el know how de culturas empresariales diferentes, la experiencia de economías más experimentadas y una visión más amplia y abierta de su profesión.