El liderazgo ético es una metodología de gestión de equipos que se basa en el respeto hacia una serie de valores. Este tipo de liderazgo está muy bien visto por parte de los empleados y, además, trae consigo un gran número de ventajas para la empresa. A continuación, te hablamos de todas estas cuestiones.
¿Qué características tiene el liderazgo ético?
Una de las principales características del liderazgo ético es que tiene muy en cuenta a los trabajadores. De este modo, los jefes que aplican este tipo de gestión están muy pendientes de cómo se sienten los empleados y de qué cambios necesitan para estar mejor. Así, estos líderes entienden que el bienestar de los empleados es fundamental para que la empresa funcione correctamente, de modo que muestran una gran disposición a escuchar las necesidades de todos los miembros del equipo.
Asimismo, el liderazgo ético se caracteriza por la transparencia y la honestidad. De esta manera, los jefes se muestran tal y como son y actúan de la misma forma en la que esperan que actúen sus empleados. Además, muestran una confianza absoluta hacia ellos, otorgándoles un mayor grado de autonomía.
Beneficios del liderazgo ético en las empresas
Las ventajas que reporta el liderazgo ético son muy numerosas. En primer lugar, mejora enormemente la reputación de la empresa. Como es obvio, una entidad que muestra preocupación por sus trabajadores y los ve más allá de sus resultados, crea un ambiente mucho más agradable que tiene un gran impacto en el employer branding. Como consecuencia de esto, la empresa atrae mucho más talento y consigue evitar la temida fuga de cerebros.
Del mismo modo, el liderazgo ético se convierte en un elemento diferenciador también de cara a los clientes, que siempre van a preferir decantarse por empresas en las que reina el buen ambiente y el respeto hacia los empleados. De hecho, este tipo de gestión puede incluso convertir a una compañía en un referente en su sector.
Por supuesto, esta modalidad de liderazgo también mejora los resultados de la empresa. Ten en cuenta que cuando los empleados se sienten escuchados, no solo están mucho más motivados, sino que, además, su compromiso con la compañía aumenta. De esta forma, una gestión ética contribuye a generar una mayor sensación de pertenencia. Asimismo, las relaciones entre los miembros de los equipos de trabajo también tienden a ser mejores y a dar lugar a sinergias que pueden resultar muy interesantes para las compañías. Todo lo mencionado, conlleva un incremento en la productividad.
Como puedes ver, el liderazgo ético es una de las mejores maneras de gestionar una empresa, por lo que es una fantástica idea que la impulses desde el departamento de Recursos Humanos. Si tu compañía quiere ser más justa y humana y, a la vez, atraer talento y mejorar sus resultados, no dudes de que esta forma de liderar es la más adecuada. Ten en cuenta que las empresas que ponen en el centro a las personas, siempre estarán mucho mejor consideradas.