El employer branding se centra en hacer partícipe al personal de la empresa de la construcción de la imagen de marca. Los empleados pueden levantar el buen nombre de la compañía, pero también pueden perjudicarlo si adoptan malas prácticas y tienen contacto con gente que todavía no forma parte de esta, como es el caso de los reclutadores.

Acciones que destruyen el employer branding en una entrevista de trabajo

En la fase de reclutamiento se generan muchas oportunidades de mejorar la imagen de la empresa para atraer talento. Sin embargo, también puede ser un momento en el que se pierdan ocasiones de reclutar los recursos humanos que se necesitan. Alguien que ha presentado con ilusión su candidatura, si recibe una mala respuesta, puede predisponerse en contra de la compañía. Esto se puede evitar sin tener que invertir en costes, solo con buenas prácticas.

Te ofrecemos cuatro tácticas que se pueden seguir en la etapa más delicada del reclutamiento, que es la entrevista.

Favorecer la marca empleadora en un proceso de selección

1. Evidenciar desinterés por la candidatura

No es infrecuente que los reclutadores quieran poner una barrera ante una avalancha masiva de candidaturas. La sensación es que va a haber candidatos de sobra donde elegir, pero los datos muestran que no es así, sobre todo si se trata de talento cualificado. La barrera suele consistir en ofrecer un trato frío y distante en lugar de amable y cercano.

2. Mostrar falta de formalidad

Los reclutadores son embajadores de la marca de empresa. Si llegan impuntuales o cambiar la cita de manera poco justificada; si no visten adecuadamente o si no se presentan, no saludan al llegar o no se despiden, los candidatos se irán con la impresión de que toda esa falta de formalidad es propia de la compañía, pues esta permite que suceda.

3. Ser impertinente en las preguntas

Cuando tratas de comunicarte, la impertinencia causa irritación en la persona que tienes en frente. Hay quien se deja llevar por el carácter o por las circunstancias y le sale su yo más desagradable precisamente cuanto está tratando con el talento que se pretende contratar. Este se irá con un mal concepto tanto del personal de recursos humanos como de la empresa.

4. No comunicar el resultado del proceso de selección

Este es un punto bastante importante que influye en la reputación de la empresa a la hora de captar talento. Según el informe Talento Conectado, solo cuatro de cada diez candidatos encuestados por el estudio han recibido información de las empresas acerca del estado de su candidatura.

Cómo evitar que malos reclutadores se carguen las estrategias para atraer y retener talento

Es preciso que el equipo directivo o el personal ejecutivo que coordina las labores de recursos humanos lleve un control sobre cómo actúan los reclutadores durante el proceso de selección. Esto repercutirá positivamente en atraer el talento cualificado.

Puede empezar por preparar un protocolo con pasos que no se pueden saltar y que subsanan las malas prácticas. Es conveniente llevar un estadillo de autocontrol de este seguimiento que deben completar en cada encuentro para que puedan ser revisadas las incidencias y los puntos débiles del protocolo.

Otra medida de control, si es posible, es no dejar a una sola persona hacer una entrevista. Ante otro compañero o compañera es más difícil saltarse el protocolo. Esta práctica favorece además muchos otros aspectos técnicos para la buena marcha del proceso de reclutamiento.

Por último, no está de más tener previsto un pequeño discurso sobre la misión de la compañía, sus bondades a la hora de tratar con el personal y las ventajas de ser firmar un contrato con esta empresa. Los reclutadores pueden integrar este speach en el curso de la entrevista. Todo ello mejorará el employer branding de la compañía.