Un espacio de trabajo junto a otras personas de diversos proyectos es conocido como coworking. En España ya era una fórmula utilizada por autónomos y pymes previa a la pandemia. Sin embargo, en la actualidad, se añaden otras ventajas como facilitar la jornada mixta o paliar la sensación de aislamiento y soledad del trabajo en remoto en el entorno doméstico. Un beneficio que conviene recordar es que reduce costes al compartir los gastos de suministros y de conexión.
Ventajas del coworking
La experiencia obligada del teletrabajo ha puesto de manifiesto sus ventajas y parece que las jornadas mixtas proliferarán. Por lo tanto, es el momento de plantearse las ventajas de trabajar en un coworking:
- Deslocalización de la sede central: se puede trabajar a distancia pero con los beneficios de estar en una oficina, entre ellos, se sigue manteniendo la separación entre la vida profesional y la personal.
- Hay un ambiente similar al laboral y se pueden generar lazos que no dejen a las personas aisladas y no pongan en riesgo su salud mental.
- Se puede ofrecer a la plantilla como salario emocional y ventaja a la hora de conciliar. De hecho, en España ya surgieron modelo de CoFamily, es decir, lugares que además de los escritorios para alquilar, a diario, semanal o mensualmente, disponían de otra sala con acompañamiento pedagógico, para que mientras que la persona adulta tutora, madre o padre del menor, trabajaba, este estuviera atendido y en un entorno próximo. Ha sido especialmente utilizado por madres lactantes.
- Quizás sea menos costoso, siempre que la compañía llegue a acuerdos con los centros de coworking.
- Creatividad y networking: es habitual en estos proyectos dinamizar a los coworkers con iniciativas que faciliten la comunicación y las sinergias entre actividades. Son famosas las “tartas del café de los viernes” o las exposiciones de “casos de éxito” de compañeros.
Nuevos modelos de oficina
Las oficinas 5.0 son las versiones de espacios de trabajo que se han adaptado a los avances tecnológicos así como a las restricciones postcovid. De hecho, el modelo coworking fue impulsado en los 90 por los programadores que se juntaban en los conocidos Hacker Spaces, donde se apoyaban mutuamente en las investigaciones y desarrollo informático.
El espacio coworking es ideal para trabajadores autónomos que desarrollen su actividad como freelance, por proyectos o que sean nómadas digitales y se muevan por distintas ciudades. En muchos lugares de Asia, como Hong Kong o China, y de Europa, como Berlín, así como en Nueva York, es poco rentable alquilar una oficina.
Por último, el teletrabajo demanda necesidades técnicas que no siempre puede costear una pequeña empresa o una persona autónoma. En el coworking se dispone de salas de reuniones, pantallas, proyectores, pizarras digitales y recursos audiovisuales que facilitan el trabajo de equipo en remoto. Además suelen contar con opciones de impresión y escaneado. Algunos coworking se han especializado por sectores y ofrecen materiales muy específicos como sierras o impresoras 3D. Y, por supuesto, una zona común de bar o cocina para compartir esos descansos creativos.