La International Ergonomics Association entiende por “ergonomía” aquella disciplina científica que se ocupa de la comprensión las interacciones entre humanos y otros elementos de un sistema y una profesión que emplea teorías, principios, datos y métodos para diseñar una estrategia con el objetivo de optimizar el bienestar humano y el rendimiento del sistema estructural de una organización en general, siendo además un aspecto importante dentro de la prevención de riesgos laborales.
Prestar atención a la ergonomía es, cada vez más, una cuestión estratégica. Adquiere cada vez más importancia, y ante la creciente oferta de programas y aplicaciones con funcionalidades semejantes, ofrecer a los usuarios un producto ergonómico, que se adapte a sus necesidades, que cumpla con lo esperado y cuyo uso sea intuitivo, cómodo y sencillo puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de dicho producto.
No en vano, a lo largo de la elaboración de un programa, los diseñadores de software, compuestos por individuos de numerosas disciplinas, buscan hacer de sus softwares productos susceptibles de ser usados por sectores de la sociedad cada vez más amplios. Que todo el mundo pueda acceder a ellos y empezar a usarlos maximiza y multiplica los potenciales beneficios, algo posible, solamente, si se presta atención a la relación que se establece entre el usuario, la máquina y el diálogo que entre ambos se da.
Los 7 principios básicos de la ergonomía del software
La llamada ergonomía del software tiene 7 principios básicos, que en este artículo te expondremos de forma resumida. ¡Tenlos presentes!
1) Adecuado para realizar sus tareas
Los productos deben tener las herramientas necesarias para poder realizar el trabajo para el que han sido creados facilitando la interacción entre el hombre y la máquina.
También conlleva una clara comprensión y definición de las opciones que ofrece el producto o software, así como un inherente proceso de automatización para aquellas tares y procesos, generalmente subyacentes y ocultos al usuario, cuya ejecución sea más repetitiva, monótona y frecuente.
2) Autodescriptivo
Se considera autodescriptivo un software intuitivo, comprensible y fácil de usar por el usuario. Es decir, un software ergonómico en el que el manual de instrucciones esté de más o que sea necesario solo para alcanzar niveles de excelencia en programas de alta complejidad.
3) Controlable
Es algo habitual que, usando un software cualquiera, el usuario se equivoque en algún momento. Somos personas y el error forma parte de nuestra cotidianeidad. Así pues, ¿no deberían los softwares contemplar dicha característica de los humanos? Por supuesto. Un software ergonómico permite que la persona que lo esté usando pueda cancelar acciones que haya iniciado o iniciar y detener procesos de todo tipo, como la transmisión de datos o el inicio o cierre de la aplicación misma.
4) Conforme a las expectaciones del usuario
La publicidad engañosa es un lastre terrible. Cuando un usuario compra o se descarga una aplicación, espera de ella que cumpla con las funciones que promete la publicidad o que de forma evidente la aplicación representativamente debe ser capaz de asumir. Sin embargo, hay ciertos elementos que, a pesar de no haber sido anunciados de forma explícita, se espera de forma implícita que se cumplan igualmente. Por ejemplo, que el software funcione correctamente, que no dé errores, que los botones realicen las funciones correctamente, etc.
5) Tolerante con los errores del usuario
Nadie nace siendo experto en nada, y eso es algo que un software ergonómico tiene muy presente. ¿Es concebible un programa que pueda generar errores graves o problemas irresolubles debido a las acciones del usuario? Tal vez, pero entonces no será un software ergonómico. De serlo, las acciones del usuario no podrían generar este tipo de problemas y el mismo software prevendría al usuario, advirtiéndole y guiándole para evitar cualquier tipo de daño o pérdida de información y, de haber el error, el usuario debe tener la opción de saber qué ha ocurrido, la razón por la que ha ocurrido y una batería de soluciones posibles.
Aunque lo cierto es que no es necesario recurrir solamente a problemas o fallos importantes; los errores en la sintaxis, por ejemplo, algo habitual y corriente cuando se hace uso de programas, han sufrido de una flexibilidad por parte de los programas demasiado limitada. Los programas ergonómicos deben ser flexibles y ayudar al usuario a resolver esos pequeños fallos en lugar de, simplemente, limitarse a no hacer nada sin sugerir ninguna solución.
6) Personalizable por el usuario
No todos los usuarios trabajan igual ni se sienten cómodos con los mismos entornos. Personalizar el software o el entorno puede ser un elemento clave para mejorar el rendimiento de los usuarios, así que, ¿Por qué no darles la opción de personalizarlo?
7) Fácil de aprender por el usuario
Los incrementos de las capacidades computacionales de los ordenadores abren las puertas a softwares cada vez más potentes y complejos, que permiten una mayor integración entre ellos y sus herramientas, sus menús, sus cuentas y usuarios, etc. Es una dinámica cuya consecuencia más directa es el aumento de la dificultad inherente al uso de los programas, por lo que se vuelve urgente ofrecer al usuario explicaciones simples, claras y coherentes que garanticen una buena adaptación al entorno del software para facilitar su aprendizaje.