Algunas organizaciones cuentan habitualmente con la figura del voluntario. Esta relación está regulada por la Ley 45/2015 del Voluntariado, que establece los derechos y deberes, así como los términos y condiciones en los que se debe formalizar la relación entre la persona voluntaria y la institución con la que colabora. En este artículo, hablaremos de cómo crear un contrato de voluntariado correctamente, y de los compromisos y responsabilidades que asumen ambas partes.

Claves para crear un contrato de voluntariado en nuestra organización

Aunque el objetivo de las actividades voluntarias siempre es aportar a la sociedad un valor personal de manera altruista, esta labor se realiza, habitualmente, a través de organizaciones sociales que trabajan en defensa del medio ambiente, de la paz, en la cooperación al desarrollo o en el apoyo a la inmigración, entre otros muchos ámbitos. También las empresas, directamente o a través de fundaciones en su labor de Responsabilidad Social, pueden contar con estos voluntarios.

Además, para que podamos considerar estas acciones como labores de voluntariado, no sólo deben estar centradas en ofrecer a la sociedad dicha cooperación solidaria, sino que además, la persona no debe sentirse obligada a realizarlo ni recibir compensación económica por ello.

A la hora de establecer una relación de voluntariado, el primer requisito que debe cumplir una organización tiene que ver con la obligación legal de formalizar un contrato. Este acuerdo debe llevarse a cabo, debe contener los siguientes aspectos:

  • Datos básicos de la institución y de la persona voluntaria
  • Derechos y obligaciones asumidos por ambas partes
  • Duración exacta de la labor de voluntariado
  • Definición clara de las tareas que realizará esta persona
  • Posible capacitación previa necesaria
  • Acuerdo sobre gastos personales reembolsables, si los hubiere
  • Procedimiento de desvinculación y renuncia

Equipo informándose acerca de cómo crear un contrato de voluntariado

Además de estos elementos básicos, el contrato puede incluir otros aspectos en función del tipo de organización o de actividad que se realice. Cláusulas de confidencialidad sobre datos o tareas internas, o declaraciones responsables sobre antecedentes penales y otros delitos, como los de naturaleza sexual.

También será necesario formalizar algún tipo de seguro de responsabilidad civil o de accidentes para este tipo de colaboradores.

Particularidades a tener en cuenta en este tipo de colaboraciones

Una de las limitaciones que más en cuenta deben tener las organizaciones que establecen este tipo de contratos tiene que ver con el derecho o no a recibir un salario por parte del voluntario. Existen algunas situaciones en las que, según establece la normativa, el voluntario debe pasar a una relación laboral, en la que cotizará y cobrará un salario según lo establecido en el convenio de referencia. Algunos de esos casos son los siguientes:

  • Si las funciones realizadas no son distintas de las que lleva a cabo un empleado de la compañía e, incluso, si realiza sustituciones habituales de dichos empleados.
  • Si realiza esta función durante un tiempo equivalente a una jornada
  • Si está obligado por las normas de la empresa a cumplir un determinado horario de trabajo.

Por último, es importante recordar también que, en algunas circunstancias, la persona voluntaria puede incurrir en situaciones de responsabilidad ante terceros, independientemente de la relación laboral que se haya establecido con la compañía.

Por tanto, si la empresa quiere afrontar sus responsabilidades y compromisos éticos con actuaciones de voluntariado, es obligación de sus departamentos de RRHH analizar con detenimiento las condiciones de esta colaboración para no incurrir en irregularidades legales ni generar indefensión jurídica en el voluntario.