Aplicar los aprendizajes tras la pandemia y ver las nuevas situaciones como una oportunidad es garantía de éxito. Uno de los conceptos que nombró ya el poeta Henrik Ibsen y que pueden rentabilizarse es el de friluftsliv, es decir, optimizar y disfrutar las actividades al aire libre. Esta buena práctica, escandinava en su origen, impacta positivamente en el bienestar de la plantilla así como en su rendimiento.

Aprende del friluftsliv

Una de las maneras de cuidar el bienestar de los empleados es practicar el friluftsliv. La invención de este término se le atribuye al dramaturgo noruego Henrik Ibsen, que en un poema cuenta cómo un granjero caminó durante todo un año por tierras salvajes. Al final del poema, el protagonista abandona para siempre la civilización. En lugar de alejarse del “mundanal ruido”, la idea es aprovechar el disfrute de las actividades al aire libre que resetean el estrés cotidiano y te preparan para enfrentar mejor el día a día.

Las medidas de seguridad para evitar contagios de la COVID-19 han obligado a realizar eventos, reuniones y actividades al aire libre. La idea es subvertir el valor prescriptivo y enfatizar el enriquecimiento que supone estar en contacto con la naturaleza. Al fin y al cabo, las curas de reposo en “La montaña mágica” eran en la terraza, tapados con edredón nórdico cuando estaba nevando.

Según la mentalidad friluftsliv: no hace mucho frío, sino que estás poco abrigado. Para países como España, es difícil de aceptar a priori que aunque llueva o haga mucho frío, se pueden seguir realizando actividades al aire libre. Estas pueden ir desde llegar al lugar físico del trabajo en bicicleta, salir a correr por el bosque, comer en el parque o hacer senderismo el fin de semana. Pero también es fundamental en el friluftsliv el descanso en ecosistemas naturales, como la acampada libre, es decir, relacionarse con la naturaleza en un sentido amplio.

Aprende del friluftsliv

Ventajas de aplicar este concepto escandinavo

Las empresas escandinavas han observado la mejora del bienestar en su plantilla cuando realizan actividades al aire libre y animan a poner en práctica el friluftsliv incluso en horario laboral. Durante la pandemia, el único lugar seguro para seguir manteniéndose en forma era la naturaleza. La gente cambió las máquinas del gimnasio por árboles, piedras y elementos naturales. Algunas de sus ventajas destacadas son:

  • Reducir el riesgo de contagios de la COVID-19, al evitar los espacios cerrados. Sencillamente, procura garantizar la distancia de seguridad.
  • Mejorar el buen humor y el bienestar, reduciendo la sensación de aislamiento y activando la sociabilidad de la plantilla.
  • “Recargar las pilas” para mejorar el rendimiento y la productividad.
  • Capitalizar el silencio, por ejemplo en los paseos solitarios por el bosque, incentivando la creatividad.
  • Posibilitar reducciones fiscales o ayudas para la práctica de deporte al aire libre.
  • Mejorar el employer branding.
  • Mejorar la salud mental y reducir el estrés.
  • Activar nuevas ideas y mejorar la perspectiva de los conflictos a solucionar, al mirarlo desde fuera.