Más de un año de cambios y adaptaciones consecutivas a necesidades laborales muy exigentes es más que suficiente para poder encontrarte en un momento de fatiga mental. Si es tu caso, o el de alguno de los trabajadores de la plantilla, averigua aquí los síntomas en que se manifiesta y algunos consejos para combatirla, especialmente relacionados con la situación del teletrabajo.

Síntomas de fatiga mental

Seguro que reconoces estas sensaciones: cansancio físico no asociado a una actividad concreta, irritabilidad, ansiedad, tristeza o somnolencia. Estos son algunos de los síntomas en los que se manifiesta la fatiga mental, que es la principal consecuencia negativa de la carga mental.

La carga mental se refiere al esfuerzo intelectual que tiene que realizar un empleado para responder a las demandas de su sistema nervioso en el desempeño de su labor. Este procesamiento de información compromete sus capacidades individuales.

Debido al incremento en el uso de las nuevas tecnologías, sobre todo con la implantación del teletrabajo tras la pandemia, ha ocurrido un doble movimiento en paralelo. Por un lado, ha disminuido la carga física, con menos desplazamientos y la asunción de tareas por parte de máquinas o robots, mientras que ha aumentado la carga mental y la cantidad de información que se tiene que manejar.

Para que toda la plantilla disponga de los recursos necesarios para combatir la fatiga mental, es muy útil elaborar y compartir un documento dentro del plan de prevención de riesgos laborales que incluya los siguientes tips además de un básico: mantenerse activo, realizando ejercicio, por ejemplo con videoclases desde el entorno doméstico, para que el cerebro se oxigene y se produzca la transformación neuroquímica que mejore nuestro estado anímico.

Síntomas de fatiga mental

Pautas para combatirla en remoto

La fatiga mental deteriora nuestra calidad de vida y por ello es clave prevenirla. Es consecuencia de un estrés acumulado y de una deficiente gestión del tiempo, la atención y el descanso. Y cuando pienses en este último no lo reduzcas a las 7 u 8 horas de sueño nocturno, es decir, a los hábitos saludables de higiene y sueño. También son clave las paradas durante la jornada, aconsejadas cada 50 minutos de concentración.

Moviliza el cuerpo, sírvete de pequeños estiramientos de cabeza y brazos o levántate para beber agua… Estar hidratado es la condición física para el resto de equilibrios psicosomáticos. Mira lo más lejos que puedas: nubes, horizonte o las copas de los árboles. La fatiga visual acompaña a la fatiga mental, y el teletrabajo implica muchas horas de pantalla.

La primera estrategia para afrontar estas circunstancias es recuperar nuestra sensibilidad. Es decir, volver a conectar con las señales que manda el cuerpo y que nos indican que estamos agotando las reservas de energía. En muchas empresas, ya existen programas de mindfulness y relajación orientados en este sentido.

Por último, la gestión del tiempo es uno de los factores que pueden alterar la carga mental, derivando en fatiga si la situación es estresante. Como recursos, puedes ofrecer aplicaciones, como Evernote o Wunderlist. Estas servirán de herramienta para manejar mejor la organización de las tareas y el tiempo que se les dedica.