La figura del buddy es la respuesta a los desafíos que presenta la adecuada gestión del talento. Aunque el proceso de identificación y selección de personal de la organización sea el óptimo, igualmente importante es la retención de aquellas personas valiosas que se incorporan a la misma.
El proceso de onboarding genera siempre confusión para un empleado. A continuación, verás cómo implementar un programa de buddies en tu empresa para facilitarlo.
Definiendo el rol del buddy en el onboarding
Cuando un nuevo empleado llega a una empresa, no importa cuánta experiencia tenga a sus espaldas, siempre tendrá muchas preguntas que hacer. Y será muy difícil que se adapte adecuadamente si se le abandona a su suerte.
Cada organización tiene una cultura que le es propia, normas, procedimientos, costumbres… Para evitar el estrés derivado de esta situación, existe la figura del buddy. Se trata de una persona que acompañará al recién incorporado y le servirá de guía y apoyo durante un tiempo que oscilará en función de la empresa.
La alternativa es una persona que se encuentra con muchas dificultades que repercuten en su desempeño y en el del equipo:
- La curva de aprendizaje del nuevo incorporado será más lenta.
- Le será mucho más difícil establecer relaciones con sus compañeros.
- Se verá privado de información esencial para su trabajo.
- Puede llegar a sentirse desmotivado con su nuevo puesto.
La empresa, por lo tanto, puede perder un valioso talento.
¿Cómo realiza un buddy su trabajo?
La labor de los buddies comienza en el preciso instante en que la persona ingresa en la organización. Se encarga de dar la bienvenida a la nueva incorporación, mostrarle su puesto de trabajo y presentarle al equipo.
A partir de ese instante, cualquier duda sobre cualquier aspecto del trabajo que tenga el recién incorporado la podrá resolver el buddy que le ha sido asignado. También guiará su proceso de formación y le mostrará los recursos internos que tiene a su disposición.
Siendo la sociabilización en el seno del equipo y las sinergias que genera un pilar fundamental de la productividad, el buddy cuidará especialmente de que el nuevo fichaje encuentre su hueco sin dificultad.
¿En qué se diferencia realmente de un mentor?
Llegados a este punto puedes estar preguntándote si no estamos en realidad hablando de un mentor pero usando un término anglosajón. La realidad es que, si bien es cierto que pueden compartir algunas características, sus objetivos son diferentes:
- La relación del empleado con el buddy se proyecta a corto plazo, mientras que con el mentor será siempre a largo plazo.
- Los objetivos tampoco son los mismos. Mientras que el buddy se centra en lograr la integración, el mentor será un consejero.
¿Cuál es el perfil ideal para ser buddy y quien lo determina?
Para elegir a la persona que ejercerá de buddy lo óptimo será siempre elegir a alguien que tenga años de experiencia y que cuente con una larga trayectoria en la empresa. Será difícil que alguien contratado unos meses atrás logre transmitir correctamente la cultura corporativa.
Obviamente, deberá escogerse a alguien que cuente entre sus soft skills la comunicación y la proactividad. Y desde luego, debe ser alguien paciente y que transmita confianza y no ansiedad.
Diseñar el programa y definir cómo ser un buen buddy para la organización es responsabilidad del departamento de Recursos Humanos, que será quien defina los objetivos y criterios del programa y seleccionará a los candidatos. También realizará el seguimiento del programa y sus resultados.