Por Antxon Arza
Emprendedor, piragüista y conferenciante de Thinking Heads
Los distintos materiales han marcado las eras de la civilización: la edad de piedra, la del hierro, la del bronce…y ahora la del silicio, del que están compuestos los microprocesadores. Los científicos están descubriendo y desarrollando nuevos materiales pero, si en los tradicionales bastaba con que fuesen resistentes, a los nuevos les exigimos más; que sean ‘inteligentes’, que se adapten. Y lo mismo ocurre con la nueva situación socio económica. Hoy las empresas han de introducir en sus estructuras nuevos componentes que sean capaces de adaptarse a los nuevos escenarios. Hasta hace poco necesitaban técnicos bien formados, ahora, además, deben desenvolverse en inglés y viajar a África o Asia.
También es el momento de los emprendedores. Serlo significaba antes que podías montar tu pequeña empresa dedicando mucho tiempo a buscar financiación mientras formabas parte de un grupo con bajas remuneraciones. Ahora, sin embargo, puedes pensar en trabajar en una gran empresa y poder dedicarte plenamente a lo que te gusta, a inventarte el futuro.
Algunos miembros de ‘Al Filo de lo Imposible’ queremos colaborar en la formación de muchos perfiles como éstos, que forman parte de nuestras compañías, pero desarrollan trabajos rutinarios. Es el momento de descubrirlos y, para ello, realizamos jornadas de Formación Natural basadas en las vivencias personales; salimos de nuestras empresas, cambiamos los portátiles por brújulas y nos ‘perdemos’ por la naturaleza durante horas o días. Al estar lejos de nuestro puesto nos relajamos y ofrecemos lo mejor de nosotros mismos en cualquier situación. También es ahí donde podemos localizar fácilmente a los más emprendedores, personas en las que ya confiamos y que, con una nueva formación, podrán aportar valor añadido sin ser necesario ir a buscarlo fuera en gente nueva y desconocida.
Al aire libre es fácil detectar a los que se ilusionan, a los que disfrutan trabajando en equipo y buscando nuevas soluciones a viejos problemas. Además, un buen compañero es aquel que, en un momento dado, es capaz de arriesgar su vida por intentar salvar la tuya.
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