Rodolfo Carpintier es presidente y CEO de Digital Assets Deployment, autor de “Internet puede salvar tu empresa… o hundirla” y conferenciante de Thinking Heads
Un emprendedor es alguien que, siguiendo una idea, quiere hacer una gran empresa propia y para ello está dispuesto a casi cualquier sacrificio. La idea es solo el detonante, luego viene el tiempo de organizar un equipo, conseguir recursos económicos, hacer un plan de negocio y salir al mercado a competir.
El intrapreneur, algo que demuestro en mi nuevo libro “Internet puede salvar tu empresa…o hundirla”, es alguien que, siguiendo una idea que a veces es de otros, recibe los recursos de una empresa existente y tiene como objetivo conseguir mejorar la posición competitiva de la matriz.
En ambos casos, el esfuerzo y la dedicación deben ser similares y para conseguirlo, en el caso de un “intrapreneur” será necesario crear un entorno independiente, con compensación clara y muy atractiva para que el equipo directivo del proyecto, igual que sucede con el de un emprendedor, se sienta muy motivado para conseguir los objetivos marcados.
España tiene más de 1,5 millones de PYMES de las cuales menos de 20.000 (según mi propia estimación) son empresas del Siglo XXI. El resto tienen que dar el salto y el uso de “intrapreneurs” sería la clave para lograrlo. Fijémonos en las cifras.
Digamos que, empresas de entre ese 1,5 millones que facturan alrededor de 500.000 euros (el ejemplo de mi libro) hay en España un total de 200.000 y que, también siguiendo los planteamientos que propongo en él, se generan unos 10-12 puestos de trabajo por el camino (3 años). Estaríamos hablando de generar entre 1,5 y 2,4 millones de empleos lo que acabaría, por lo menos, con el paro juvenil.
¿Es tan difícil entenderlo? Tenemos millones de parados pero hacen falta un par de millones de empleados en este tipo de promoción del cambio.
Por supuesto, es muy importante promover el espíritu emprendedor y el Gobierno está intentando lanzar varias iniciativas en esa dirección pero, veamos de nuevo las cifras. Con todos los esfuerzos posibles con éxito podríamos generar 10.000 ó 20.000 start-ups en 3 años. Eso haciéndolo todo muy bien. ¿Qué habríamos conseguido? Entre 150.000 y 300.000 puestos de trabajo, pero esto no será posible porque carecemos del tejido natural de expertos en Internet y tecnologías avanzadas que nos puedan ayudar a crear tantas start-ups.
A mi modo de ver, el camino pasa primero por generar un entorno de millones de expertos que se han hecho en el trabajo diario del cambio de tercio de una PYME y que, con el tiempo, han aprendido lo suficiente como para crear su propio proyecto.
Bien es verdad que nos vendría muy bien, para todo el tejido empresarial español, disponer de un centenar de ejemplos de éxito de emprendedores que han triunfado y han conseguido crear una gran empresa global.
Nuestros jóvenes están a la altura de lo mejor de Europa en el uso diario de redes sociales y navegación por Internet. Si logramos que orienten su conocimiento a convertirse en “intrapreneurs” y convencemos a los empresarios tradicionales de que necesitan movilizar su empresa hacia el Siglo XXI, tendremos, de repente una demanda gigantesca de jóvenes, con carreras universitarias o simplemente con muchos conocimientos de los entornos sociales, que serán capaces de dinamizar empresas tradicionales y prepararlas para “estar” en el todo el mundo.
La clave está en la conversión de nuestros entramado de PYMES y el uso de los conocimientos de Internet de una generación joven que es casi nativa del medio digital.