Despedir a un empleado o empleada suele suponer un trago emocional. Además, puede llegar a volverse en contra de la empresa en un sentido más material y afectar negativamente en su employer branding. Cuidar la comunicación, planificar y activar la escucha y la empatía son consejos clave para hacer efectivo el despido de la mejor manera posible. Evaluar las causas y obtener información en la entrevista de salida también es necesario.
Cómo despedir a un empleado con tacto
La comunicación es clave en cada proceso empresarial pero en el despido es imprescindible cuidar el contexto y el contenido de la información que transmites al empleado. Para ello, procura encontrarte con el trabajador y su responsable directo en una reunión individual y privada. Si no puede ser de manera presencial, tendrás que ajustar el mensaje al entorno digital en una videollamada. Es decir, prescindes de la información corporal, pero cuentas con el punto de vista de la cámara y lo que transmite el fondo.
Por otro lado, la información debe llegar de manera clara y concisa. La transparencia es necesaria para evitar malentendidos o sospechas innecesarias. En este sentido, la comunicación debe ser inmediata a la toma de decisión, además de por empatía, para facilitar al trabajador que encuentre otro empleo. Aporta información positiva que le haga llegar el mensaje de que todo cambio es una oportunidad.
El tiempo es oro pero en este caso es recomendable dedicar lo necesario para explicar la situación que ha llevado a tomar la decisión. La comunicación tiene que ser bidireccional, es decir, dedica tu atención también a escuchar y comprender lo que te cuente el afectado. Anticípate ante cualquier reacción adversa por parte del trabajador y prepara estas preguntas que pueden surgir para dar una respuesta rápida y clara:
- ¿Cuándo recibiré el último sueldo?
- ¿Tengo derecho a una indemnización por despido?
- ¿Podré cobrar la prestación por desempleo? ¿Cómo y cuándo?
- ¿Queda abierta la posibilidad de reincorporación en un futuro próximo?
Importancia del offboarding
La decisión de despedir a un trabajador afecta a toda la plantilla y no suele ser tomada de manera impulsiva sino que es el final de un proceso que comienza con alguna de estas situaciones: caída del rendimiento laboral, generación de conflictos internos, faltas graves, reestructuración de plantilla o cambios en la orientación corporativa. Más allá de las cuestiones de requisitos y compensaciones, quien realice el cese debe tener muy clara la motivación que causa el despido. Incluso es aconsejable acudir al encuentro con datos objetivos que eviten ambigüedades o subjetividades.
El despido de un empleado puede tener un fuerte impacto negativo en el employer branding de la empresa. Desde el departamento de recursos humanos es clave cuidar todo el proceso de offboarding. En particular, la entrevista de salida aporta gran información para gestionar de la mejor manera posible el despido, en este caso. A su vez es importante comunicar al resto del personal el cese y tramitar la documentación sin demora, cumpliendo los plazos y los requisitos legales, para no incidir en el clima laboral.