Las cosas suceden, de una manera u otra.

Para mí Facebook empezó como una especie de juego.

No era más que un lugar en el que colgar fotografías, publicar mi información de contacto, mis aficiones y mis intereses, y marcarme el objetivo de conseguir cuantos más amigos mejor, en el menor tiempo posible.

Empecé a utilizarlo hace… Ya ni me acuerdo.

Entonces sólo era una diversión en la que perder el tiempo e interactuar con amistades recientes, con personas desconocidas… Que terminaron siendo amigas.

Esta red social empezó, para mí, con el ánimo de alimentar mi ego y de proporcionarme una alternativa con la que evadirme de la realidad cotidiana, allá por… No lo recuerdo.

Luego se sucedieron los accidentes.

Hube de buscar vías alternativas a la búsqueda de empleo.

Accidentes de la vida.

En esos tiempos desconocía de la existencia de Twitter.

Sin embargo, siempre ha habido algo que sí he sabido hacer: rodearme de gente que de alguna manera han podido echarme una mano… De una forma o de otra.

La suerte no me sonreía… Allá por… Hace ya tiempo.

Eran los tiempos en que “Cadena de favores” venía siendo protagonista en las pantallas de las televisiones nacionales.

Recuerdo haberla visto un día.

Y, al cabo de tiempo, decidí crear una página (mi primera página de Facebook) a la que llamaría precisamente así: Cadena de favores.

Una como cualquier otra de las que hay en esta red social con el mismo nombre.

Pero ésta era mía.

De mi invención.

De mi creación.

La idea era bien simple.

Hacer algo parecido a lo que la película inculcaba.

Pedir ayuda a los miles de usuarios de Facebook, y cuando alguno la hubiera recibido, que hubiera de pagar haciendo tres favores a otros tres desconocidos.

La idea cuajó.

Lenta pero segura.

Mi propósito no era otro que, además de tratar de ayudar a otros, intentar encontrar de la mano de completos desconocidos una oportunidad de #empleo en alguna parte.

Ahora somos casi tres mil seguidores en la página.

Funciona por sí misma.

Y la verdad es que me alegro a haber contribuido de alguna forma a que otros tengan lo que buscan, gracias a la generosidad de miles.

A vueltas con la vida

Toda esta reseña viene a cuento por una anécdota que me ha sucedido este pasado fin de semana.

Una fábula tan real, que espero sirva de ayuda a otros que tratan de salir adelante como #emprendedores.

Y que, puede que con el tiempo, o de manera inmediata, precisen y necesiten de mano de obra con la que generar #empleo.

Y más, en una zona tan sensible geográficamente como lo es Extremadura.

El caso es que el pasado domingo trasteaba con una nueva aplicación para dispositivos móviles.

Una programa con el que se puede actualizar el estado de redes sociales como Twitter, Facebook, Flickr y Foursquare.

Hasta aquí parece que es una de tantas.

Sin embargo, SocialScope tiene dos ventajas que le hacen ser diferente.

La primera de ellas, que permite contar en el mismo momento con varias cuentas de Twitter trabajando al tiempo.

La segunda, que a través de la cuenta de Facebook, nos deja administrar y publicar contenido en las páginas que tengamos vinculadas con nuestro perfil.

En el campo profesional, este factor es muy importante y relevante al permitirnos dotar de actualización también los contenidos de las páginas.

Para quienes no estéis muy puestos en el tema, recientemente Facebook y Twitter están tratando de mejorar sus respectivas apps (aplicaciones vinculadas para trabajar publicando contenidos desde una a la otra), pero están experimentando algunos problemas de sincronización entre las cuentas.

Y por ende, entre las páginas de los usuarios, que era el objetivo último.

El caso es que desde el viernes noche, anduve realizando una investigación exhaustiva para localizar algún programa que funcionara en mi Blackberry, y que me permitiera implementar y poner en funcionamiento, precisamente esto: la actualización de mi estado en mi página profesional de Facebook.

La razón no es otra que el hecho de que a través de ella estoy intentando mover y agilizar mi búsqueda de #empleo a través de las redes sociales.

Una vez instalada, hube de configurarla.

Estuve trasteando con todas sus funciones hasta que, por accidente (la vida en sí misma es un gran accidente) descubrí que podría seleccionar qué línea de tiempo o muro podía actualizar y cuándo.

Decidido a darle mayor vida a todas mis páginas de Facebook (Cadena de favores, Antonio Vallejo 2.0 –que es mi página profesional-, y otra dedicada a la Iniciación al Pádel en Castellón) activé la actualización de todos los muros desde la línea de tiempo de mi Twitter.

Y anduve comprobando que todo funcionara correctamente.

En una de esas comprobaciones, me llamó la atención un mensaje de una cacereña, quien solicitaba ayuda a través de Cadena de favores para que se divulgara su nuevo negocio.

Una grito de ayuda en estos duros momentos de crisis.

Respondí a su mensaje indicándole lo que vengo inculcándoos a través de estos posts en Infoempleo.com: que debería de hacer un buen uso de las redes sociales, y tenerlas vinculadas para promocionar su negocio y generar #empleo.

La verdad es que resulta incómodo asesorar a nadie a través de mensajes privados. Así que finalmente opté por darle mi correo personal, y luego por pedirle su teléfono para explicarle de viva voz qué hacer con su recién creada página de empresa de Facebook.

Asesoramiento telefónico paso a paso

Me puse en contacto con ella.

Dos correos habían sido suficientes para presentarnos e intentar explicar algunas cosas.

Al sonar su teléfono y descolgar, su reacción fue como si me conociera de toda la vida.

Directa al grano.

Expositiva, franca… en menos de treinta segundos me expone sus necesidades.

La escucho.

Cuando me deja el turno de palabra la invito a coger lápiz y papel, y a tomar nota de algunas cosas tan importantes como elementales.

1. En caso de ser posible, habla con quienes te están haciendo tu página web para que incorporen bajo cada uno de los productos que ofertas, un botón a las más importantes redes sociales. El objetivo, que el público pueda compartir esa información con muchos de forma inmediata y ágil.

2. Es básico contar con una cuenta de Twitter. Es el paso previo a una consiguiente vinculación de las cuentas de Twitter y de Facebook. Y de ahí, con las páginas que tengamos asociadas al perfil.

3. Le explico que esto puede hacerse tanto desde el PC como desde cualquier dispositivo móvil. El caso es que como estoy trasteando con la app SociaScope, la animo a que la busque y se la descargue, además de explicarle su funcionalidad y versatilidad.

4. Le recomiendo que, incluso antes de que tenga la página web de la empresa, se dedique a ofrecer asesoramiento en temas que versen sobre los servicios de su empresa. La ventaja de las redes sociales es que llegan a todas partes, y que la gente lo que busca es información, pero sobre todo personas en quien poder confiar. Lo que he venido denominando Trustworthy users (usuarios dignos de confianza).

5. Y, sobre todo, paciencia. Paciencia para buscar usuarios, para aconsejarles, para estar –de alguna manera- pendientes de ellos. Porque la razón última de las redes sociales no es otra que la de cuidar a quienes nos siguen.

#Emprendedor, #empleador, #empleado, #empleo

La situación laboral actual aboca a muchos a tener que buscar una manera de poder salir adelante.

Las redes sociales se están convirtiendo en elemento fundamental para la divulgación de cualquier negocio.

Pero, sobre todo, como herramienta y plataforma desde la que hacerse oír y hacer llegar nuestras capacitaciones y logros profesionales, con el objetivo de poder llamar la atención y optar a un puesto de trabajo allá donde podamos ser útiles.

Creo que es indiferente el hecho de que sea #autoempleo o trabajo por cuenta ajena.

Todo vale.

Porque el objetivo no es otro que el de hacer girar la rueda de la productividad.

Y porque, quizá llegado el momento, todo emprendedor puede convertirse en #empleador, y servir de salida para quienes luego busquen #empleo.

He querido traer este tema hoy aquí, porque al igual que ponemos en marcha nuestros recursos para buscar #empleo, también podemos aprovecharlos para ayudar a otros a encontrarlo.

En una especie de ejercicio de puesta en práctica de las habilidades de las que seamos capaces.

De forma que podamos seguir usándolas, y recordemos cómo desarrollarlas.

El mundo laboral realmente es una cadena en donde los engranajes siempre son personas.

Algunas, ahora mismo, con la suerte o la oportunidad de poder cobrar por realizar un trabajo.

Otras, con la desgracia o la incertidumbre de tener que buscar alternativas, que en muchos casos son vitales.

Pero, en cualquier caso, cada uno de nosotros somos lo que hacemos.

Y creo que poder desarrollar nuestra actividad profesional ayudando a otros, hasta que encontremos lo que buscamos, es una alternativa que, además de abrirnos muchas puertas, nos ayudará a no desesperar tanto.

Pero sobre todo, nos permitirá seguir mejorando nuestras capacidades y habilidades.

Ésa es la idea.

Ánimo y suerte.

@AntonioVChanal
Coacher y Formador